AMÉRICA EL CONTINENTE DE LA ESPERANZA
Diego Builes
Una ola de gobiernos progresistas en el continente Americano, algunos de izquierda y otros propugnando por cambios sociales necesarios. Se pasó la página donde Colombia aupado por EEUU lideraba el grupo de Lima y se ponía como objetivo desvertebrar el gobierno venezolano. De ese grupo quedan rezagos dispersos y la intención de seguir imponiendo desde el Norte lo que ellos consideran democrático. La oligarquía tiene claro que está en peligro su poder histórico en el continente, apuesta a seguir manteniéndose cueste lo que cueste.
Se dieron sucesivos golpes con diferentes matizaciones a gobiernos elegidos por el voto popular, creer que la democracia burguesa inclinará su balanza y respetará a quienes el pueblo eligió puede ser ingenuo y peligroso para quienes escogieron estar del lado de los explotados y oprimidos del continente. Olvidan quienes invitan a confiar en las instituciones, que esas instituciones han sido construidas por años para que la clase dominante mantenga sus privilegios y siga obedeciendo a los intereses imperiales.
Zelaya en Honduras, Lugo en Paraguay, Evo en Bolivia, Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Petro en Bogotá, Castillo en Perú, cada uno de diferente manera ha sufrido el rigor de lo que la clase dominante considera no puede permitir en los gobiernos de los países o de sus ciudades principales. No pueden hoy los gobernantes de turno pensar que esas instituciones servirán para hacer los grandes cambios que requiere la sociedad. Los poderes en las democracias occidentales están hechos para aplicárselos a los de ruana y satisfacer la rapacidad de la oligarquía.
Pero una cosa es la que hacen las minorías poderosas y omnipotentes, que manipulan el aparato represivo en función de sus intereses, los que apoyan el gobierno imperial, lo que los medios de comunicación justifican. Otra es la respuesta que dan los pueblos y como se organizan para defender sus derechos y avanzar a conquistas sociales de fondo. Seguir educando que la democracia representativa es la panacea y que en la democracia burguesa las mayorías alcanzaran a satisfacer sus necesidades, es desconocer siglos de historia de la humanidad.
No basta pelear por la vía electoral la posibilidad de ser gobierno, los cambios que paulatinamente se vienen dando en el continente, estos cambios requieren la fuerza de un pueblo organizado y dispuesto para las luchas a profundidad. En Perú el presidente Castillo fue destituido por intentar revisar y revertir los contratos leoninos de la oligarquía peruana. Lula fue encarcelado por el fascismo que renace en el continente e intenta perpetuarse, hoy le cocinan otros golpes, es toda una corriente conservadora que intenta frenar cualquier tipo de conquistas para los pueblos o de cambios en función de la soberanía de las naciones.
Las respuestas populares ante el descaro de los grupos económicos y sus gobernantes ya no son las mismas. Ningún líder que se precie de izquierda debe frenar la fuerza y el empuje de su pueblo, solo la confianza en la sabiduría, en la fuerza, en la organización, en la participación real permitirá que se avance a nuevas realidades. En Perú el pueblo no se cala las jugadas que hace la oligarquía para perpetuar sus privilegios, zonas enteras se encuentra en rebeldía para que se restituya el camino por el cual iba andando el país.
Así como el pueblo colombiano hizo de las calles su tribuna y no permitió sucesivas reformas que quisieron imponerle. Hoy los peruanos exigen la salida de la golpista, la liberación de Castillo, la destitución del Congreso, una nueva Constitución. Ese pueblo que se traza unos objetivos a conquistar y que esta dispuesto a dar la lucha a costa de su propia vida, ese pueblo nunca mas volverá a ser el mismo.
Renace en Latinoamerica un liderazgo colectivo, unas fuerzas populares que ya no quieren que los de arriba sigan gobernando, los gobernantes progresistas son parte de esa erupción que permite avanzar en conquistas para las mayorías antes marginadas y execradas. Los lideres y las organizaciones de izquierda debemos ponernos a la altura del momento histórico, limitar las conquistas del pueblo a lo que permita la institucionalidad burguesa, es ser reformistas e ingenuos en el nuevo siglo. Algún día lo dijo el comandante Manuel Perez, la oligarquía solo entregará o pactará lo que antes hayas ganado en la lucha, en el campo de batalla y esa lucha es multiforme y en todos los terrenos.
Hacer respetar las conquistas logradas por el voto popular es una parte, avanzar en nuevos y mas grandes objetivos es otra que compete a los revolucionarios, aprender de los gobiernos ya instaurados y avanzados, gobiernos de los sectores populares, es un aprendizaje que debemos multiplicar, no podemos quedar esperando las grandes ideas del líder y su factibilidad, no pensar solo en las posibilidades que da el sistema, que sigue siendo el capitalismo y esta hecho para reproducirse hasta en las organizaciones del pueblo, debemos sentar las bases para su destrucción.
Luchas planteadas y que competen a todos los pueblos las debemos asumir, acumular contra el cambio climático, contra la depredación de la selva, contra el hambre y la desnutrición que viven millones de personas. Contra la migración, la xenofobia, el machismo y todas las formas de exclusión. Contra la explotación capitalista y el desempleo producto del mismo sistema, por una educación para todos. Son muchas las luchas que nos convocan para hacer mas digna la vida de los excluidos. Pero debemos con el pueblo organizado ir dando los primeros pasos para que esas soluciones sean definitivas, no es solo la pelea global, son las peleas puntuales en nuestros territorios que den luz sobre el camino a seguir.
Solo un ejemplo: EE.UU le colocó una diana en la espalda a Nicolas Maduro , el gobierno ha resistido y viene avanzando, en años de revolución han hecho millones de viviendas para las mayorías, negar esos dos hechos es imposible. Aprender, luchar, hacer en nuestros territorios, en lo pequeño y en lo grande, ser gobierno, no dejarnos quitar esa posibilidad. Ser poder popular y ejercerlo con todos, la posibilidad de hacer revolución esta en todos los momentos, en todo los espacios, salirnos de una sola lógica para lograrlo. Seguir sumando con la gente. El futuro del Perú ya no sera el mismo, el futuro de una Latinoamerica unida hay que conquistarlo, somos y seremos el continente de la esperanza.