NOS DESACELERAMOS Y NO NOS DAMOS CUENTA
Claudia Julieta Parra
Las proyecciones económicas hechas por el Ministerio de Hacienda para este año, parecen descontextualizadas de la economía global, mientras a nivel mundial las economías se desaceleran, en el país aumentamos el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de Deuda Externa) de manera desmedida.
Las perspectivas para la economía en 2023 son cada vez más pesimistas, los recortes a las proyecciones de crecimiento económico cada vez son mayores y muestran una tendencia decreciente; el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), tuvo a lo largo de 2022 un menor ritmo mes a mes, mientras que en el primer trimestre dejó variaciones anuales alrededor del 7,8 por ciento en la segunda mitad del año mostró un ritmo menos dinámico, en septiembre descendió a 4,4 por ciento, en noviembre a 3,6 por ciento y cerró el año en 3,1 por ciento.
El ‘Weekly Tracker’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) -un índice que hace seguimiento continuo a las economías-, indicó que en el primer semestre del año anterior su nivel fue de 7 por ciento, pero cerró el año en 5,23 y en lo corrido del 2023 continúo descendiendo hasta llegar a 4,83.
La Ocde revisó hace un par de semanas su previsión para Colombia y redujo el crecimiento para este año a 1,2 por ciento y para el 2024 será de 1,7 por ciento, la Ocde es categórica al afirmar que, “el consumo y la inversión seguirán siendo moderados, mientras que los hogares y las empresas se enfrentan a una inflación y a unos tipos de interés elevados y a la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y la política económica”.
Estos decrecimientos que afectan la balanza comercial están inferidos principalmente por el alto índice de inflación que cerró en 2022 en 13,12 por ciento, que se debe en primer lugar al gran volumen de importación de materias primas y productos terminados, que trasladan los efectos inflacionarios globales a nuestra economía, en segundo lugar, a la devaluación del Peso incrementando el valor de los productos tanto los importados como de producción nacional.
La reactivación económica y evitar un periodo de estanflación implica aumentar el flujo de capital circulante, para lo cual es necesario mejorar el poder adquisitivo per cápita, en otras palabras, la solidez económica lleva implícito aumentar el empleo formal y generar una política integral que fortalezca la industria y la producción nacional.