EL REBUSQUE SE VOLVIÓ UNA PROFESÍON

EL REBUSQUE SE VOLVIÓ UNA PROFESÍON

Claudia Julieta Parra

Es común ver las calles de la jungla de cemento atiborradas de personas vendiendo dulces, haciendo arte callejero, rebuscándose la vida para hacerle el quite al hambre; el trabajo informal se convirtió en una constante que es nefasta para el desarrollo integral del país.

Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dio a conocer el Informe de Mercado Laboral, según esta entidad en el último trimestre del año anterior el índice de trabajo informal creció considerablemente y llegó a 58,2 por ciento, 13,04 millones de personas dedicadas al trabajo informal, es decir, de cada 10 trabajadores 6 viven del rebusque.

La falta de empleo formal bien remunerado aunado a la inflación y el alto costo de los alimentos básicos, ha pauperizado la calidad de vida de los colombianos en especial de las capas sociales empobrecidas y excluidas, derivando en un declive en la alimentación de los colombianos, según el Dane en el año anterior 32,6 por ciento comen dos veces al día y 6,2 por ciento una o menos de una vez al día, en otras palabras, 4 de cada 10 colombianos tienen un déficit alimentario grave, que afecta su desarrollo físico y mental.

En términos de solidez económica basar la economía en la proliferación del empleo informal es un riesgo, aunque el comercio informal garantiza fluctuación de masa monetaria, no permite generación sostenida de poder adquisitivo per cápita y lo que es peor, pauperiza las condiciones laborales. La proliferación del empleo informal genera una economía volátil y nos hace proclives a caer en una recesión económica.

La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital circulante y la creación de empleo, además es necesaria una tributación redistributiva y diferencial acorde al capital neto, esto dinamiza el poder adquisitivo per cápita aumentando la demanda lo cual se traduce en reducción del desempleo y aumento de la capacidad de producción de las empresas.

Subsanar la crisis socioeconómica, dinamizar la economía y enfrentar su colapso requiere de cambios estructurales de la política económica y en la Regla Fiscal; el sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad, mucho menos crecimiento y productividad, por tanto se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional y aumente el poder adquisitivo per cápita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *