LA REDUCCIÓN DEL DESEMPLEO ES UNA FALACIA

LA REDUCCIÓN DEL DESEMPLEO ES UNA FALACIA

Claudia Julieta Parra

El Gobierno de manera falaz ha vendido la disminución del desempleo a un digito como un gran logro; sin embargo, dicha disminución se basa en el incremento del empleo informal, lo que ocasiona una burbuja especulativa que a mediano plazo genera un shock por demanda.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en América Latina y el Caribe hay por lo menos 140 millones de personas trabajando en condiciones de informalidad, Colombia es el país de la región con mayor tasa de empleo informal y este año este tipo de empleo tuvo un incremento de 180 puntos básicos.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dio a conocer que durante el mes de octubre el desempleo decreció y oscilo en 9,7 por ciento, si se mira de manera rápida esta cifra es alentadora ya que durante el cuatrenio de Duque osciló por encima de los dos dígitos; sin embargo, resulta ser una cifra especulativa al contrastarse con el incremento del trabajo informal -rebusque-, que en el mismo mes llegó a 58,3 por ciento, es decir, de cada 10 trabajadores 6 subsisten con menos de un mínimo, sin prestaciones sociales, sin una vinculación laboral formal y sin ingresos nominales.

En términos de solides económica basar la economía en la proliferación del empleo informal es cuando menos un riesgo, aunque el comercio formal garantiza fluctuación de masa monetaria no permite generación sostenida de poder adquisitivo per cápita, además pauperiza las condiciones laborales. Desde este punto de vista, la proliferación del empleo informal genera una economía volátil y nos hace proclives a caer en una recesión económica.    

En la mayoría de las economías el empleo bien remunerado es el motor de los mercados, toda vez que el empleo da solidez a las economías familiares y otorga poder adquisitivo per cápita que inyecta masa monetaria y dinamiza las economías, en otras palabras, los salarios permiten adquirir productos y esto hace que las empresas produzcan más y por ende requieran más empleados, generando la dinamización de la economía.

La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital circulante y la creación de nuevas plazas laborales, además es necesaria una tributación redistributiva y diferencial acorde al capital neto, esto dinamiza el poder adquisitivo per cápita aumentando la demanda lo cual se traduce en reducción del desempleo y aumento de la capacidad de producción de las empresas.

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