SÍ FUTURO: LA EQUIDAD SOCIAL

SÍ FUTURO: LA EQUIDAD SOCIAL

Comando Central (COCE)

La desigualdad estructural que durante décadas ha generado un status quo favorable a la plutocracia nacional y transnacional, ha incubado en la sociedad descontento y despertado la conciencia social; esto dio lugar al estallido social que inició en 2019 y que tras pasar la pandemia resurgió con mayor fuerza en 2021.

El agrupamiento social y popular que en las pasadas elecciones exigió un cambio de orden político y social, es el mismo que hoy da un respaldo crítico y vigilante, para que las transformaciones ocurran y que la sociedad en su conjunto tenga ‘futuro’ como nación con equidad.

Transformar el país en función de su deber ser, pasa por desarrollar una economía para las mayorías nacionales e implica cambios profundos en el modelo de dominación; a nivel político se requiere legislación en búsqueda del bienestar social y la disminución de la desigualdad, mientras que a nivel económico es necesario, entre otros puntos, transformar el sistema tributario y fiscal, de tal forma que quienes más patrimonio y beneficios económicos tengan, sean quienes más aporten y asuman gran parte del Gasto Social.

El ‘futuro’ del país no solo es en términos económicos sino también medioambientales, por ende no es suficiente con la disminución del déficit fiscal y la brecha de desigualdad, se requiere una política integral de desarrollo que vaya de la mano del cuidado del planeta, que no supedite la expoliación de los bienes naturales a las necesidades de las multinacionales extractivas, sino que dé prioridad a las necesidades de las comunidades y la mitigación del calentamiento global.

El desarrollo y la productividad del país debe estar ligado a la inversión estatal integral y el fortalecimiento de la producción nacional, para lo cual es perentorio que las políticas implementadas busquen el fortalecimiento del empleo, formar y mejorar la capacidad de compra de los colombianos, al igual que la inclusión, la cobertura, la equidad, la sostenibilidad social y el desarrollo de políticas incluyentes que cubran las necesidades básicas insatisfechas de la población y disminuyan la pobreza multidimensional y monetaria.

La transformación del país hacia un sistema incluyente y equitativo trae la repulsa de la oligarquía y el imperialismo norteamericano, que de diferentes maneras tratan de sostener sus privilegios y es por eso que el futuro del país no reposa en manos del nuevo Gobierno o del Legislativo, sino en las manos de la sociedad que mediante la acción social y popular impondrá las transformaciones que el pueblo mayoritariamente reclama.

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