COVID-19: LA VACUNA SE NEGÓ A LA POBLACIÓN VULNERABLE

Por: Álvaro Solano

La Pandemia de la Covid-19 generó una crisis socioeconómica y de salud, donde los principales perjudicadas fueron las clases menos favorecidas, y los grandes beneficiados las multinacionales farmacéuticas y los banqueros por las medidas adoptadas por los Estados.

La degradación medio ambiental que produce el sistema capitalista lanza hacia los humanos  múltiples microorganismos patógenos, para los que nuestro sistema inmunológico no está capacitado para enfrentar, además la desigualdad social genera problemas alimenticios e inmunológicos que convierten las clases menos favorecidas en reservorios propicios para agentes patógenos, a esto se aúna la privatización del sistema de salud y en conjunto configuran un clima de tormenta perfecta para la proliferación de pandemias y virus letales como la Covid-19.

La Covid-19 exacerbó la crisis económica existente y ha aumentado la brecha de desigualdad, pero en sí mismos los virus no son el enemigo; el problema de fondo es la dominación capitalista que lleva a la humanidad a enfrentar pandemias cada vez más frecuentes, causantes de millones de víctimas entre los sectores más explotados y oprimidos.

Los más ricos se quedaron con las vacunas

Según un Informe del Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por sus siglas en inglés) los países ricos representan tan sólo el 14 por ciento de la población mundial, pero adquirieron el 63 por ciento de todas las vacunas contra la Covid-19, es decir, los países más ricos han adquirido vacunas para inmunizar 3 veces su población, mientras cerca de 70 países pobres solo han podido vacunar con esquema completo a una de cada diez personas; Anna Marriott responsable de políticas de salud de Oxfam afirma que, nadie debería quedarse sin una vacuna que salva vidas por culpa del país en el que vive, o por la cantidad de dinero que tiene en el bolsillo [1].

Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, afirma que, “el acaparamiento de vacunas socava activamente los esfuerzos mundiales para garantizar que todas las personas, en todas partes, puedan estar protegidas contra la Covid-19; los países ricos tienen obligaciones claras en materia de Derechos Humanos, no sólo deben abstenerse de acciones que puedan perjudicar el acceso a las vacunas en otros países, sino que han de cooperar y prestar asistencia a los países que la necesiten [2].

La negligencia también es corrupción

Recientemente Oxfam dio a conocer un informe sobre el estado de la inmunización de la Covid-19, que controvierte lo planteado por el Gobierno de Duque y demuestra que la población vulnerable presenta bajos niveles de inmunización, por no tener en cuenta barreras socioeconómicas y geográficas importantes.

A nivel nacional el promedio de vacunación (esquema completo) contra la Covid-19 es del 60 por ciento, sin embargo, en territorios como Amazonas, Vaupés, Chocó o La Guajira, donde su población mayoritariamente es indígena y afro, la vacunación, pese a que son poblaciones priorizadas en el esquema nacional de vacunación, no supera el 40 por ciento; Oxfam concluye que, la población en situación vulnerable aún tiene menos del 40 por ciento sin ser inmunizada para la Covid-19, esto obedece a la falta de estudios previos que contemplaran barreras culturales, sociales, económicas y geográficas que afectaran los patrones de vacunación” [3].

Desde los pueblos originarios las vacunas han sido vistas como una imposición de la medicina occidental y una muestra de la “no escucha a los sabios”, según Oxfam “esta situación evidencia la desconexión del Estado con las poblaciones que habitan sus territorios, mientras que en los medios solo se contaban enfermos y muertos, las personas se pusieron en riesgo por falta de diálogo y entendimiento del saber ancestral”.

Claudia Vaca, Directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, afirma que, “es fundamental combatir las noticias falsas y la forma como se transmite la información, ya que esta va más rápido que el mismo virus, y puede ser letal si no es rigurosa y responsable” [4].

Pandemias como la Covid-19 y las que vendrán en el futuro solo son subsanables en la medida que se fortalezca el sistema público de salud, se genere un modelo de desarrollo que favorezca a las mayorías nacionales y sea proteccionista del medioambiente, además las políticas de salud deben dejar de ser reactivas, necesitamos un sistema proactivo, incluyente, integral y holístico.

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[1-2] 9 de cada 10 personas en los países pobres no tendrán acceso a la vacuna contra la Covid-19. Oxfam, 19-09-2022.

[3] Informe de la situación de la inmunización contra la Covid-19 en Colombia. Oxfam, 25-10-2022.

[4] COVID-19 en Colombia: población en situación vulnerable aún tiene menos del 40% de esquemas completos de vacunación. Revista Misión Medica, 27-10-2022.

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