INVASIONES DE TIERRA: ÚNICA ALTERNATIVA DE LOS DESPOSEÍDOS
Por Tina M.
Colombia es el segundo país más desigual de América Latina y la inequidad persistente les ha negado a millones la posibilidad de tener una vida digna; el sistema llevó a que derechos fundamentales como vivienda digna, alimentación, salud y educación se convirtieran en un lujo.
En el sector de Navarra en el oriente de Cali, en la Hacienda Aldovea, un predio de cerca de 30 hectáreas, existe un asentamiento de alrededor de 1.500 personas, de las cuales 480 son víctimas del conflicto; en este lugar cerca de 400 familias levantaron rústicos cambuches como única alternativa a sus necesidades de vivienda, requerimientos que deberían ser atendidos por el Gobierno que durante décadas le ha dado la espalda la población desposeída, ciego en sus funciones constitucionales como son proveer a la población vivienda digna, salud, educación, entre otros.
El jueves autoridades locales y un fuerte dispositivo de la policía militarizada del Esmad arribaron a la Hacienda Aldovea, con el objetivo de desalojar a toda costa las familias que están asentadas en este predio; la comunidad se niega a desalojar y han tratado de resistir pacíficamente, algunos realizaron un plantón en el Centro Administrativo Municipal (CAM) y los residentes del predio hicieron una cadena humana para evitar el desalojo. Estas acciones pacíficas y la presión mediática motivaron el diálogo entre el Gobierno local y la comunidad; sin embargo, la Alcaldía ha sido categórica al afirmar que ‘independientemente del diálogo el desalojo sigue y no tiene vuelta atrás’.
El Gobierno de Petro prometió basar su política en el diálogo, cesar las acciones violentas contra la ciudadanía que reclama sus derechos y restringir el uso de la fuerza por parte de las Fuerzas Armadas, pero esto no es posible mientras no exista un cambio rotundo en la Doctrina; es evidente que el abuso policial no desaparecerá mientras su actuar no sea acorde a los Derechos Humanos, bajo el entendido de que su función es preservar la vida de los colombianos y no cuidar la infraestructura de los millonarios.
Es contradictorio ver como el Gobierno llega a Acuerdos con los ganaderos para comprarles tierras, quienes en su mayoría son victimarios financiadores del paramilitarismo y que desplazaron violentamente los campesinos para apropiarse de sus tierras, mientras se niega al diálogo con las víctimas del Conflicto que toman tierras como única salida y su respuesta es la agresión violenta.