EL COSTO DE COMBUSTIBLES, FLETES Y PEAJES
Claudia Julieta Parra
El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) presenta un déficit trimestral cercano a los 10 billones de Pesos, lo que llevó a que el Gobierno a partir de octubre inicie el desmonte gradual de los subsidios a la gasolina aunque aún sostendrá los del diésel.
Los fenómenos macroeconómicos existentes han incrementado el valor del diésel por encima de la gasolina, en sí mismo esto no tendría mayor repercusión, sin embargo, el diésel es el motor del transporte de carga que en su mayoría utiliza este combustible, lo cual genera un incremento considerable en el valor final de los productos, en el caso de Colombia el 92 por ciento del parque automotor que se utiliza para el transporte de carga emplea diésel.
Según datos de los Ministerios de Hacienda y Minas y Energía los subsidios al diésel son los que generan el mayor déficit al Fepc, en el caso de la gasolina el subsidio es del 54 por ciento, en el caso del diésel el subsidio es del 70 por ciento, además mientras se consumen mensualmente 191 millones de galones de gasolina, se consumen 199 millones de galones de diésel; todo esto hace que los subsidios al diésel representen el 68,2 por ciento del déficit del Fepc, ¿no tiene mayor rentabilidad fiscal desmontar los subsidios al diésel así sea en un menor grado que los de la gasolina?
El transporte de mercancías y productos no solo infiere su valor por el costo del combustible, en esta ecuación tiene un papel preponderante el valor de los fletes donde juega un papel trascendental el valor de los peajes, que en su mayoría tienen costos exorbitantes y están en manos de los concesionarios privados.
El Gobierno tiene el reto de decrementar el déficit fiscal y paliar los efectos inflacionarios del desmonte de los subsidios a los combustibles, en este orden de ideas, es más que evidente que si queremos mitigar el déficit fiscal es necesario desmontar los subsidios al diésel y la gasolina, y que los efectos inflacionarios derivados de este incremento, se pueden mitigar y casi neutralizar en el corto plazo disminuyendo el costo de los peajes para el transporte de carga y pasajeros, y a mediano plazo estatizar los peajes de las carreteras colombianas.