SOBERANA, EN PAZ Y EQUIDAD
Comando Central (COCE)
Las primeras manifestaciones de la derecha contra el Gobierno progresista de Petro acuden a calificar las reformas prometidas por él como cambios socialistas, para esconder que el viejo régimen que defienden no pasa de ser una copia del capitalismo rapaz y Genocida.
El capitalismo como sistema económico requiere de crecimiento constante, explotación creciente y expoliación sin fin de bienes naturales para lograr cada vez mayores ganancias, convirtiéndolo en un cáncer que devora el Planeta y las especies que lo habitamos, Carlos Marx lo dejó escrito en El Capital: ‘la producción capitalista, por lo tanto, desarrolla la tecnología y la combinación de varios procesos en un todo social, solo minando las fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el trabajador’; y al ser aborrecido por su carácter depredador, el capitalismo globalizado se ha vuelto dependiente de la Guerra para mantenerse.
Crece el anticapitalismo en las luchas por la paz, por la defensa de la Madre Tierra y contra la desigualdad social, esfuerzos que las clases dominantes valoran como un asedio a sus privilegios, cuando en realidad para el caso colombiano se trata de superar el estado de subordinación consentida ante el imperio norteamericano, que han practicado los distintos Gobiernos de la oligarquía, sujeción alimentada desde Washington que la encubre llamando al régimen colombiano como el mejor aliado de Estados Unidos en el continente.
A la gran mayoría de los colombianos se les ‘llenó la copa’ de las desgracias que destilan los gobernantes, que solo usan el Estado para enriquecer sin límites a la minoría de súper ricos que dominan el país, por esto protestan contra ese régimen y por esto ocurrió el estallido social de años anteriores, por su influencia llegó a la Presidencia Gustavo Petro llevando bajo el brazo el paquete de reformas urgentes que el pueblo exige y que espera que no le fallen.
Las luchas por la tierra encierran la exigencia de su democratización, igual ocurre con el reclamo por salud, educación, pensiones, empleo, alimentos, entre otros derechos fundamentales que están en la base de realizar la dignidad humana, al igual que el grito por la paz exige que los líderes sociales no sean criminalizados por ser defensores de los Derechos Humanos; estos clamores resumen el mandato popular que lucha para hacer de Colombia una Nación soberana, en paz y equidad.