LA CORRUPCIÓN MATA A 52 EN TULUÁ
Omaira Sáchica
La muerte de 52 reclusos en la cárcel de Tuluá el 28 de junio rebasa en número de víctimas a los anteriores linchamientos, que periódicamente ejecuta la mafia de carceleros corruptos que administra las cárceles, que apenas son una rama del régimen mafioso corrupto que domina en Colombia.
Durante la madrugada del martes 28 de junio ocurrió un incendio en la cárcel de Tuluá, Valle del Cauca que cobró la vida de 52 Personas Privadas de la Libertad (PPL), según la versión oficial dada por el Director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), la tragedia ocurrió “durante un intento de fuga” en el Patio 8 cuando los presos prendieron fuego a los colchones, incendio que no pudo ser controlado a tiempo por esto la mayoría de los decesos fueron por inhalación de humo; sin embargo, los presos testigos presenciales de esta mortandad relatan una versión diferente que responsabiliza directamente a la corrupta burocracia del Inpec por estos crímenes.
Buscar la verdad en los hechos
* A las 2 de la tarde del lunes 27 los Caciques o Plumas como se conoce a los jefes mafiosos de los Patios, en colusión con los carceleros iniciaron una fiesta para celebrar el triunfo de su equipo en el torneo de fútbol nacional,
* a las 10 de la noche estalló una riña entre las bandas que participan de este festejo, acelerada por el consumo excesivo de licor y de drogas psicoactivas,
* a las 12 de la noche ya había más de 20 muertos en el Patio 8, y solo hasta este momento los carceleros del Inpec decidieron intervenir, según testimonios de los reclusos “los guardias entraron tirando gas y cuando ellos hacen eso nosotros prendemos fuego a los colchones y sabanas para neutralizar los gases”,
* el Director del Inpec reconoce que los presos de esta cárcel sufren un hacinamiento del 47 por ciento, por esto al menos la mitad de las muertes ocurrió por asfixia, producida por la mezcla del gas lacrimógeno que les lanzaron y el denso humo originado por la quema de los colchones, muertes que los carceleros indolentes produjeron al no permitirles salir hacia donde corría aire fresco.
Carceleros mafiosos y corruptos, ¿hasta cuándo?
La corrupción enquistada en el Inpec explica por qué se desarrollan fiestas con licor y drogas estupefacientes, por qué las mafias de reclusos dominan los Patios y para ello portan armas, además da lugar a que los mafiosos allí recluidos deambulen por fuera de sus celdas, después de las 4 de la tarde que es la hora establecida para su encierro.
Es lamentable el desinterés en la opinión pública por lo que ocurre dentro de lugares creados para el castigo y no para la resocialización, poco importan las cifras de hacinamiento, los delitos cometidos adentro, la corrupción del Inpec y su subordinación al poder mafioso, solamente las fugas escandalosas de los capos son noticia por pocos días, pero después todo empeora en estos antros del crimen; la mafia corrupta de los carceleros está tan normalizada en el país, como se ha normalizado estar sojuzgados por un régimen mafioso corrupto.
De nada sirve que desde hace años la Corte Constitucional dijera que la situación en las cárceles era indigna e inhumana, que la Sala Plena de la Corte Constitucional declarara la existencia de un Estado de Cosas Inconstitucional, en relación con las garantías de los derechos de las Personas Privadas de la Libertad en el sistema carcelario y penitenciario, tipificación que la hizo extensiva a las Estaciones de Policía, Unidades de Reacción Inmediata (URI), y demás centros de detención transitoria.
La solución no es aumentar el número de carceleros o de cárceles y esperar que esto solucione las consecuencias criminógenas del capitalismo neoliberal, se necesita otro modelo de desarrollo y de régimen, que construya un sistema que descongestione las cárceles y resocialice a los privados de la libertad; en conclusión, para erradicar la mafia corrupta del sistema penitenciario, primero hay que reemplazar al régimen mafioso imperante.