LOS TROPEZONES DEL IMPERIO
Alejandra Porras / Frente de Trabajo Internacional Milton Hernández
Los estrategas afirman que hoy una Guerra la ganaría la Federación Rusa si fuera en tierra, la República Popular China si fuera en el mar y Estados Unidos (EEUU) si fuera por aire [*]; la unión de las dos primeras deja poco chance al tercero, pero si las diferencias se dialogan la Guerra es menos posible.
La competencia entre potencias es también entre modelos de sociedad que en esta coyuntura se mide en la eficacia frente a la pandemia, porque la sortean mejor los que tienen sistemas de salud pública al servicio de la mayoría de la gente; mientras China gastó 62.000 millones de dólares para enfrentar el Covid-19 en 2020, en EEUU Biden llegó a la Presidencia cuando los fallecidos por esta peste subieron a 500.000, de los cuales el 40 por ciento los pudo evitar Trump, pero no lo hizo.
Males buscados
Los EEUU se agrandaron matando a la población aborigen y quitándole sus tierras, enseguida le robaron gran parte del territorio a México, después extendieron sus guerras de despojo a todo el mundo; solo una potencia socialista les hacía contrapeso y cuando esta entró en crisis los gringos anunciaron que su imperio duraría varios siglos.
En su prepotencia arreciaron las guerras para acaparar petróleo en Libia, Irak, Siria y Yemen, en las que derrochan billones de dólares y ahora deben retirarse de estos países dejando al Medio Oriente y Norte de África a potencias que se fortalecen con el desgaste gringo.
EEUU impuso el dólar como moneda mundial y engordó al aprovecharse de esta ventaja, como zángano que vive del trabajo de otros hasta que la crisis financiera de 2008 comenzó a frenar su codicia.
Igual ocurre con la explotación acelerada de bienes naturales que hace el capitalismo para satisfacer su modelo de vida consumista y de desperdicio, que provoca agresiones a la Madre Tierra como los daños al clima, los mares y la extinción de la vida incluida la de los humanos pues los virus que emanan de la explotación inclemente de la naturaleza desatan pandemias como la del Covid-19.
Inventaron el llamado capitalismo neoliberal para enriquecer más a los súper ricos, para lo cual convirtieron al Estado de Derecho en un simple guardián de la seguridad del sistema que no brinda los servicios públicos a la sociedad, el resultado está en que la desigualdad social crece enormemente y se convierte en fuente de sublevaciones populares en todo el mundo, comenzando por las propias potencias imperialistas como EEUU, Europa y Japón.
Rebelión de los empobrecidos y excluidos
Dentro de EEUU la sublevación de la minoría negra contra el racismo estructural logró hacer temblar al supremacismo blanco encabezado por Trump, hasta un punto que contribuyó a debilitar su reelección presidencial; supremacismo racista y patriarcal que también lo resisten las mujeres, las minorías indígenas, los migrantes hispanos y asiáticos.
Los colonialistas en su reparto de zonas de influencia en el mundo consideran a América Latina y el Caribe como el “patio trasero” de Norteamérica, lo que ha significado 200 años de injerencia y agresiones imperialistas; pero este siglo con la integración latinoamericana nace una voz unificada que lucha por tener voz propia decisoria en los destinos de estos pueblos, la que EEUU busca aplastar por todos los medios.
La presente lucha por acabar la dominación de EEUU en el continente ocurre en un momento en que el imperialismo norteamericano se debilita y en que otras potencias mundiales hacen presencia en el continente, oportunidad histórica que ocurre por primera vez en 2 siglos, lo que arrastra a la región a ser parte de la actual disputa geopolítica mundial, en la que decae el unilateralismo y se abre paso un mundo multipolar; la unión de las naciones latinoamericanas permite tener una voz única y propia en esta disputa, que trabaja por hacer de esta una Zona de Paz como lo define la Celac.
Modelo alterno al neoliberalismo
La voz soberana la animan fuerzas socialistas y progresistas de México, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Ecuador, entre otras, las que desde el Gobierno en sus países toman distancia del saqueo y dominación imperialista, que les permite contar con recursos para desarrollar políticas sociales a favor de sus pueblos.
Gestar un modelo que supere el neoliberalismo trae el reto de colocar el Estado de Derecho al servicio de las mayorías en cada país, requiere desarrollar un modelo económico que reactive la producción nacional y supere la depredación ambiental propia del extractivismo y el agronegocio.
La arruinada democracia de las oligarquías está siendo cuestionada por la lucha contra la corrupción, la promoción de la democracia participativa y la construcción de la democracia directa propia del Poder Popular.
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[*] https:/www.military.direct. 21-03-2021.