LA ILUSIÓN DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO NEOLIBERAL
Joseph Velasco Torres
Aunque el Gobierno con ayuda de las empresas de comunicación siguen insistiendo en la falacia de la reactivación económica, los indicadores económicos siguen reflejando el estado precario de nuestra economía, y los índices socioeconómicos muestran lo nefasto y desigual que es el modelo económico neoliberal.
En medio de la ola inflacional que ha triplicado el costo de vida de los hogares colombianos el Gobierno trata de vender la idea de “la solvencia de nuestra economía”, para lo cual hace gala del Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado que fue de 10,6, y sopesa medianamente la caída de la productividad del 2020 cuando el PIB fue de menos 6,8 por ciento; por consiguiente el crecimiento de 2021 obedece un “efecto rebote” producido por la reanudación de muchas actividades comerciales, pero no se puede considerar de ninguna manera una constante de crecimiento, ya que indicadores determinantes del desarrollo como el desempleo y la inflación continúan empeorando.
Mayor pobreza e inequidad que en la prepandemia
El Gobierno no ha instaurado políticas públicas efectivas que mitiguen los efectos socioeconómicos derivados de la pandemia, que aunados a la inflación creciente y el gasto social deficitario han exacerbado la crisis preexistente, que desde luego impacta con mayor fuerza las capas sociales medias, y las empobrecidas y excluidas.
El desempleo continúa en niveles superiores a los prepandémicos, en enero llegó a 14,6 por ciento y el empleo informal alcanzó el 47,6 por ciento, por cada 10 colombianos que trabajan 5 viven del rebusque [1], por su parte, las cifras de pobreza continúan en niveles críticos, 3,5 millones de personas viven en condición de pobreza y 2,7 millones en pobreza extrema [2].
A nivel de desempleo siguen siendo las mujeres las más afectadas, la estructura laboral de nuestro país está caracterizada por la alta informalidad de la que participa un gran porcentaje femenino, además las mujeres asumen las responsabilidades familiares y diversas actividades domésticas que no son remuneradas; la brecha de desempleo es mayor en las mujeres 19,4 por ciento, mientras en los hombres es de 11,2 por ciento [3].
La inflación empobrece más
Durante el mes de febrero la inflación fue de 1,63 llegando así la inflación interanual a 8,01 por ciento y el costo de vida se incrementó en 23,4 por ciento, lo que hace que el aumento salarial (10,07 por ciento) se desvanezca en el aire y se deteriore aún más el poder adquisitivo de los colombianos [4].
El incremento de Tasas de Interés aplicado por el Banco de la República para contener la inflación no ha funcionado; si a esto le sumamos la situación entre Rusia y Ucrania y el alto volumen de insumos agroindustriales y materias primas que importamos de estos países, el costo de vida se seguirá elevando aún más.
En gran medida la inflación se debe al enorme volumen de importación de materias primas, productos básicos y suntuarios que traslada los efectos inflacionarios globales a nuestra economía, además de la depreciación del Peso que impacta directamente el costo de los productos importados y de los hidrocarburos; la tendencia al alza de la inflación afecta a la mayoría de los colombianos más empobrecidos quienes destinan una mayor proporción del ingreso a los alimentos, que son los que más impulsan el crecimiento de los precios.
Extravagante: orientan la política económica como si fuéramos una potencia
El momentáneo aumento del precio del petróleo es un alivio temporal debido a la coyuntura del conflicto mundial y refleja la errática estructura económica de nuestro país, ya que depende de rentas fluctuantes e inestables como la petrolera, y al ser un país pequeño no tiene ninguna influencia en los precios del mercado internacional, por lo que está sujeto simplemente a seguir el ritmo que imponen las potencias y a adaptarse así sea en detrimento de la población.
Los gobernantes han impulsado durante muchos años una política económica que es servil a los Estados Unidos, por ende, no sirve para satisfacer las necesidades de los colombianos sino de élites empresariales, que alimentan el poder del norte teniendo un aliado que solo asiente y cumple según sus intereses.
Nuestro país requiere que la política económica se reestructure para tener independencia económica, teniendo como centro el impulso del aparato productivo de acuerdo a los intereses de la nación y su pueblo.
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[1] Desempleo en Colombia en enero de 2022 fue de 14,6 por ciento. Valora Analitik, 28-02-2022.
[2] Desempleo, inflación y pobreza: los cocos en 2022. El Nuevo Siglo, 03-01-2022.
[3] Así está el panorama laboral para las mujeres tras la pandemia. Portafolio, 03-03-2022.
[4] Inflación anual en Colombia se ubicó por encima del 8 por ciento. Portafolio, 05-03-2022.