SOY MUJER Y ESTOY ORGULLOSA DE SERLO
Lucía Marín del FGDRC
El Día de la Mujer hace que emanen en mí sentimientos encontrados, pues en el día de hoy conmemoramos ante cimientos muy importantes en la historia, que me hacen sentir admiración, amor, entrega, felicidad por las mujeres que lucharon y dieron su vida por la igualdad de género.
Siento tristeza también por la manera cómo el patriarcado nos ha excluido, sobre todo tristeza por aquellas mujeres obreras que quemaron vivas por reclamar con justicia sus derechos, hechos ocurridos a principios del siglo XX y que dan origen a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Pienso en aquellas mujeres de esa época, severamente explotadas, maltratadas, abusadas y asesinadas sin razón; pienso cómo lucharon incansablemente por una igualdad, por un mejor trato, por un mejor trabajo, por una mejor calidad de vida, por un futuro digno; su lucha trascendió fronteras y barreras para obtener derechos que se nos habían negado, gracias a esa lucha hemos avanzado y logrado justicia de género.
A aquellas mujeres que dieron su vida por la lucha a la igualdad, les agradecemos, les recordamos y les amamos de corazón por su valentía, por no conformarse con lo poco que nos brindaban, por amarse y darse el valor que nos merecemos y por tener la fortaleza de decir ¡No Más!
Con la lucha de mujeres rebeldes avanza la igualdad
Desde ese tiempo la lucha de género se fortalece cada vez más, el conformismo ya no existe, las mujeres se levantan a pelear por sus derechos, por lo que la igualdad es cada vez notable; como mujeres rebeldes y gracias a nuestra lucha hemos engrandecido nuestras capacidades, haciendo que nuestra voz sea más fuerte y pueda ser escuchada.
La unidad, el apoyo y la exigencia entre mujeres ha hecho sobresalir nuestra rebeldía, por lo que ya no es fácil derrumbar ni aplastar nuestros sueños y cada día con la conciencia firme decimos: ¡no más silencio!, ¡no más maltrato ni injusticia!, ¡no más abusos!, ¡somos mujeres y merecemos respeto!, aunque sabemos que todavía nos falta un trecho largo por recorrer, hoy podemos decir que nuestros derechos los hemos obtenido por nuestra rebeldía y resistencia femenina.
Hemos dado un paso significativo en nuestra incansable lucha de género, por ejemplo, hemos logrado el derecho al voto, a la libertad de expresión, mejor calidad laboral, un mayor respeto hacia a nosotras; después de tanto exigirlo logramos que en Colombia el aborto sea legal hasta la semana 24 de gestación, un derecho básico: decidir sí queremos o no ser madres.
Aunque muchos satanicen el aborto como mujeres sabemos que no es fácil tener un hijo o hija, criarlo, educarlo, sostenerlo, atenderlo, con el amor no basta para traer un niño o niña al mundo, pues en la actualidad se vuelve casi imposible sostenerlo y criarlo, por este sistema represor que nos está volviendo cada vez más pobres y miserables; con el aborto tenemos la posibilidad de decidir sobre nuestras vidas, ya no estamos obligadas a gestar un bebé y criarlo aún sin desearlo.
Es válido preguntarse, ¿cuántas niñas y niños están pasando hambre en el mundo porque no hay posibilidades de darles comida, vivienda, un mejor futuro, o lo que anhelamos darles para que estén bien?, las mujeres podemos decidir no traer hijos o hijas a padecer, si hay una opción de evitarles tanto a ellos como a nosotras estos sufrimientos.
La decisión de abortar tampoco es fácil, genera un choque emocional en la mujer y puede causar algunos trastornos psicológicos o emocionales, ya que nos han inculcado desde la familia y la religión que tenemos que ser madres, aunque no queramos; nos obligan a traer hijos o hijas al mundo a pesar que no tengamos la posibilidad de tenerlos.
Quiero decirle a todas las mujeres y hombres, no recrimines ni señales a aquella mujer que por algún motivo o circunstancia decidió interrumpir su embarazo, entiende que ambas decisiones son difíciles y ambas son válidas.
¡No más “sexo débil”!
En este día conmemoramos a las mujeres que han muerto con valentía por reclamar sus derechos, que nos han dado la posibilidad de dar esos saltos en contra del patriarcado, también hoy quiero celebrar la vida de todas nosotras, celebrar nuestras conquistas, a todas las mujeres les quiero dar mi voz de aliento, quiero que gritemos juntas que no decaeremos ante nada ni nadie ¡No más sexo débil!, sigamos con toda nuestra entrega labrando los senderos de la igualdad, las mujeres somos la máxima expresión de amor, ternura, fuerza, resistencia y bondad.
No se olviden que somos hermosas como somos, nuestro color de piel es hermoso, nuestro cuerpo es también hermoso, somos únicas e inigualables, no dejemos que nadie nos llene de estereotipos absurdos que hagan que olvidemos nuestra belleza; no se olviden que somos fuertes, somos valientes, somos luchadoras, somos madres e hijas, somos amor puro, somos revolucionarias llenas de virtudes y valores que sobresalen en cualquier lugar que estemos.
Sigamos dispuestas a seguir conquistando las transformaciones, como aquellas que han entregado sus vidas por una Revolución de Género, en cada paso de nuestro empoderamiento continuaremos con el legado de aquellas que ya no están, pero lo dieron todo por defender este proceso.
Mujer no permitas que apaguen tu luz, es la llama, es la que identifica nuestra rebeldía.