NUESTROS MAESTROS EN EL PRESENTE

Comandante Nicolás Rodríguez Bautista (Gabino)

Este mes es luctuoso para nuestra fuerza guerrillera, porque en diferentes años pero en el mes de febrero, dieron su vida los Comandantes en Jefe Camilo Torres en 1966 y Manuel Pérez en 1998, y el Comandante Oscar Santos en 2006.

El paso de esta tríada de inmortales por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha dejado huellas profundas que es necesario evocar, porque el paso del tiempo trae el peligro del olvido, sobre todo hoy que el sistema que enfrentamos produce tanta mentira, desinformación y confusión a las generaciones actuales, para llevarlos a olvidar y a negar sus raíces porque así les hace perder la identidad, el ser individual y colectivo, así como el criterio de pertenencia y de clase.

Las bases y fundamentos políticos e ideológicos los encarnaron nuestros dirigentes y ellos tres se destacan como referentes.

Camilo traicionó a su clase

Camilo nacido en cuna acomodada optó por servir a los pobres, rompió en la práctica y con profunda fundamentación teórica, la condición revolucionaria tanto de cristianos como de marxistas, sin que ello constituyera una contradicción que impidiera su unidad dialéctica y práctica.

Su vida hecha testimonio y su ser insurgente da cuenta de ello, abriendo un espacio claro y concreto para los cristianos en los procesos revolucionarios del continente y aportando un ejemplo innegable a la Teología de la Liberación, que entonces la jerarquía conservadora de la iglesia pretendía negar.

Su aporte no fue solo para los cristianos, también lo fue para los marxistas, porque muchos de ellos, también negaban o no reconocían la corriente de cristianos que aporta a la causa liberadora de los pueblos.

La temprana caída de Camilo fue una desafortunada realidad que privó al proceso revolucionario colombiano y del continente de su condición de dirigente popular y guerrillero, así como de su indispensable liderazgo en el naciente Frente Unido del que Camilo era su más destacada figura.

Camilo vivió los años de la mística y el fervor revolucionario propios de la década de los 60 y 70 del siglo pasado, donde la juventud le hizo un gran aporte al proceso insurgente y popular al que como ahora, la oligarquía y el imperialismo respondieron con desaforada violencia y terrorismo de Estado.

Camilo nos dejó su legado de unidad no solo entre marxistas y cristianos sino de un pensamiento unitario de los revolucionarios, luchadores populares y de las diversas fuerzas políticas del pueblo, por considerar que sin esa unidad no se lograría el avance revolucionario; hoy hay que decir que esa realidad de desunión es uno de los grandes obstáculos dentro de las organizaciones populares y revolucionarias, que entre otras duras realidades ha llegado hasta el enfrentamiento entre fuerzas insurgentes y revolucionarias, no solo en Colombia sino en el continente y otros confines del planeta.

Camilo fue un sacerdote y revolucionario ejemplar en sus valores humanos revolucionarios y de auténtico cristiano, cuyas convicciones de entregar su vida al pueblo movido por el Amor Eficaz y las demás convicciones, lo llevaron a entregar su vida sin limitaciones a lo que consideraba justo, humanista y revolucionario.

Su legado ha quedado en el país y el continente principalmente, estudiar su legado, desarrollarlo y fortalecerlo es parte de la misión de la militancia y los conductores del ELN, como parte de nuestros lineamientos históricos.

Manuel Pérez luchador internacionalista

El Comandante Manuel nos decía que llegó a Colombia tras los rastros de Camilo porque estando en Europa hasta allá llegaron sus mensajes, su acción y pensamiento, por el ejemplo de Camilo varios sacerdotes españoles llegaron al ELN en 1969, entre ellos el Comandante Manuel quien durante tres décadas dedicó sus mejores esfuerzos a la causa revolucionaria colombiana en las filas del ELN, nutrido por las enseñanzas de Camilo desarrolló una práctica sacerdotal y luego revolucionaria, que lo llevaron a empuñar las armas para ejercer la rebeldía como derecho supremo de los pueblos.

Venciendo grandes dificultades se hizo un cuadro revolucionario que por su manejo de las dimensiones políticas y estratégicas elenas fue nombrado como Primer Comandante del ELN, dignidad que ejerció desde 1983 hasta 1998 cuando murió a causa de una grave enfermedad; Manuel a diferencia de Camilo tuvo la oportunidad de dedicar la mayor parte de su vida a la lucha  guerrillera, y jugar un papel determinante en el desarrollo político organizativo de nuestra organización en momentos que remontamos la aguda crisis que tuvimos en la década del 70.

Conductor de pensamiento y acción colectiva, destacado en el ejemplo y la disciplina, humanista y defensor del diálogo ante las diferencias y dificultades, fue como Camilo defensor de la unidad en un momento de grandes dificultades y diferencias con las demás organizaciones insurgentes, aportó a la unidad en lo concreto y demostrando que si de verdad se es unitario se allanan dificultades, y se teje la unidad con bases sólidas y no voluntaristas como él lo defendió muchas veces, dejando claro que esto requiere no solo esfuerzos sino sacrificios y riesgos incluso personales de los dirigentes, pues solo así se tiene autoridad moral y se gana respeto y reconocimiento de las demás fuerzas.

Oscar Santos un guerrero de todos los climas

El Comandante Oscar Santos nació y creció en el seno de una familia santandereana que del campo emigró a la ciudad buscando mantenerse y proyectarse socialmente; desde niño tuvo la conducción de su padre que lo educó de manera recia y conservadora, camino que Oscar desde temprana edad buscó evadir, lo cual logró al ingresar a estudiar Ingeniería de Sistemas en la Universidad Industrial de Santander al finalizar la década de los años 60.

Eran tiempos donde las luchas estudiantiles se agitaban con la influencia de las fuerzas de izquierda y Oscar tomó partido por el ELN en la estructura urbana del Regional 4 de Bucaramanga,  llegando a ser uno de sus responsables a mediados de los 70; ya graduado de ingeniero ejerció la docencia universitaria en la Universidad Cooperativa Indesco, al tiempo que cumplía sus tareas de dirección del Regional de manera clandestina; por la persecución antisubversiva el enemigo conoció de su militancia insurgente y buscó capturarlo, intento frustrado porque Oscar en 1980 se incorporó a la guerrilla rural en el Frente José Antonio Galán que opera en el nordeste de Antioquia, donde en Asamblea fue elegido como miembro del colectivo de conducción del Frente, en 1986 en el Primer Congreso Nacional del ELN fue promovido a la Dirección Nacional, y en el Tercer Congreso de 1996 fue elegido para el Comando Central.

Trabajador, disciplinado, de vida colectiva y formado en los valores del ejemplo, nos dejó su legado de conductor estratégico en todos los rincones de Colombia en probadas actividades donde la lealtad y firmeza nunca fueron vulneradas; tejedor de la unidad contribuyó a fortalecerla al tiempo que defendía la unidad interna basada en las políticas emanadas de los Congresos como referentes democráticos. Una grave enfermedad le causó la muerte en 2006 cuando se hacían los mejores esfuerzos por atender su salud.

Tres héroes elenos inmortales

Estos tres ejemplos de cómo ser conducción con humildad y sencillez hacen parte del acervo del ELN en base a lo cual es indispensable formar a la militancia y a los cuadros revolucionarios, en este momento complejo donde los valores auténticos de lo humanista y revolucionario es determinante en todos los espacios de nuestra militancia y nuestros niveles de conducción.

La vigilancia revolucionaria se practica examinando si cada cuadro y cada militante encarna los valores de autenticidad revolucionaria, si se educa y enseña con el ejemplo y si la humildad y la sencillez son no solo el esfuerzo diario, sino lo que reconocen los demás en nuestros espacios militantes y en los niveles de los subalternos.

Hoy luego de trascurridos varios años de la partida física de nuestros maestros, es indispensable seguir su ejemplo entendiendo que es la manera de que sigan a nuestro lado en este presente y el futuro.

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