DE LA MASACRE DE 1928 A LAS DE HOY
Rubén Vásquez
Hace un siglo se llamaba United Fruits hoy es Chiquita Brands, para quien sigue vigente la denuncia de Gaitán: “dolorosamente lo sabemos que en este país el Gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano”.
La Matanza y la represión contra la huelga de los obreros bananeros que comenzó el 6 de diciembre de 1928, solo terminó tres semanas después, relato que no es producto de la imaginación de Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad, es consecuencia del interminable conflicto que resiste el pueblo colombiano contra la oligarquía incondicional del imperio norteamericano.
El 6 de septiembre de 1929 en plena depresión económica mundial, en la Cámara de Representantes Jorge Eliécer Gaitán denunció la horrenda Masacre de las Bananeras, responsabilizando de este Crimen de Lesa Humanidad al Presidente conservador Miguel Abadía Méndez y al perpetrador directo el General Carlos Cortés Vargas, quienes también reprimieron sangrientamente en Bogotá el 7 de junio de 1929 la manifestación estudiantil que protestaba por esta Masacre, en la que asesinaron a Gonzalo Bravo Pérez.
Hoy más del 70 por ciento de la explotación minera está en manos de las multinacionales que dejan a su paso destrucción del medioambiente y miseria a las comunidades, además de masacres, ejecuciones selectivas y destierro para destrozar el tejido social, con la finalidad de despojar su territorio, Genocidio que ejecutan con las fuerzas estatales y paramilitares, que el Gobierno encubre, pues al decir de Duque en Colombia la oligarquía no perpetra masacres sino “homicidios colectivos”.
Resistencia Caribe hasta nuestros días
En la costa Caribe colombiana se han librado históricas batallas contra el colonialismo y el imperialismo, la de los esclavos que huían y se refugiaban en Palenques es de las más valiosas, recordada por su líder Benkos Biohó en los Palenques de La Matuna y San Basilio, que el imperio español nunca pudo someter y se vio obligado a pactar con él, pero la perfidia que portan en los genes llevó al imperialismo de esa época a desconocer los Acuerdos y asesinar a traición a Benkos Biohó, conducta pérfida que las clases dominantes mantiene hasta la actualidad.
Diez años después de la Masacre de las Bananeras nació en Valledupar, el inolvidable Comandante José Manuel Martínez Quiroz descendiente de una heroína de la gesta independentista de 1810, destacado líder estudiantil en la Universidad Nacional donde se hizo abogado, tras especializarse en Derecho Laboral en Francia regresó al país y se hizo discípulo del Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo; junto a Hermías Ruiz y Julio Cesar Cortés recorrió el país difundiendo las tesis del Frente Unido, por su capacidades y convicción revolucionaria fue nombrado jefe de la red urbana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Bogotá a principios de 1965.
El 28 de septiembre de 1978 el cuerpo torturado del Comandante José Manuel Martínez Quiroz fue encontrado en un basurero de la capital del país, lo habían detenido tres días antes y conducido al cuartel del Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia Charry Solano, donde tras someterlo a crueles suplicios le quitaron la vida.
El Frente de Guerra Norte del ELN lleva en su homenaje el nombre de José Manuel Martínez Quiroz y sus unidades guerrilleras expresan la continuidad de la lucha, así como el ejemplo a seguir resumido en la consigna histórica de ‘Ni un paso atrás liberación o muerte’ (Nupalom), que con tan alto grado de dignidad nos enseñó el Comandante. ¡Venceremos!