UN AÑO DE LUCHA Y RESISTENCIA EN LAS CÁRCELES

UN AÑO DE LUCHA Y RESISTENCIA EN LAS CÁRCELES

Colectivo Nacional de Presos Políticos del ELN

La lucha y resistencia de los Presos Políticos está enmarcada dentro de las reivindicaciones de toda la población privada de la libertad dado nuestro carácter de luchadores sociales, por esto el segundo año de pandemia ha sido de avances organizativos y renovadas luchas del movimiento carcelario.

Los ejes de la lucha carcelaria se mantienen pero se vieron atravesados por la pandemia del Covid-19 que agravó la situación al extremo, porque ni el mundo, ni el país, ni menos aún el sistema carcelario estaba mínimamente preparado para una amenaza de esta magnitud; a los problemas crónicos que sufrimos de alimentación, salud, jurídica, habitabilidad, educación, trabajo, recreación y hacinamiento, se sumó el aislamiento de todos los presos del país de sus familias, con el objetivo de evitar la llegada del contagio al interior de las prisiones.

El Covid-19 ingresó a las cárceles por la vía de la Guardia que siempre estuvo entrando y saliendo de los establecimientos, mientras tanto los presos tuvimos que soportar aislamientos en celda por el cumplimiento de una cita médica, por los permisos de setenta y dos horas y por las escasas visitas que hemos recibido a lo largo del año.

Todo se consigue con lucha

Nuestras formas de lucha siguen siendo las mismas: desobediencia, huelgas de hambre y denuncias, hasta para conseguir derechos tan elementales como una cita médica, una redención de pena, el respeto del menú y la calidad de la comida, el agua, los implementos de aseo o la libertad de un compañero cuando la Oficina Jurídica se toma la atribución de  retenerlo por varias horas y hasta días con el pretexto de averiguar requerimientos, competencia que solo le compete al Juez de Ejecución de Penas; en resumen, nuestra actividad ha estado encaminada a la promoción y defensa de los Derechos Humanos, siempre de la mano con algunos de nuestros familiares, amigos y organizaciones sociales y defensoras de los mismos.

En cárceles donde existen colectivos mejor organizados como Palogordo, Cúcuta y Cómbita la lucha se ha encaminado también a la disminución del consumo de drogas dentro de los patios de Presos Políticos, teniendo que tratar a consumidores, enfrentar distribuidores y a las administraciones; en las de tierra caliente como la de Valledupar, Girón y La Dorada las reivindicaciones han incluido el uso de ventiladores, que hasta ahora habían estado prohibidos por reglamentación.

En los pabellones de mujeres a pesar que sus derechos son los mismos de las demás personas, las compañeras han tenido que pelear por el reconocimiento de su género al ser éste desconocido por las mujeres guardianas, que se comportan más machistas que los mismos hombres.

Presos Políticos en resistencia

Nuestra lucha como sujetos políticos prosigue en nuestra reivindicación principal que es el reconocimiento como Presos Políticos, para lo cual hemos buscado interlocución con instancias del Estado, cómo el Congreso de la República sin que hasta el momento hayamos recibido respuesta; los Talleres realizados en varias cárceles con la Comisión de la Verdad fueron de vital importancia como espacio de diálogo y de visibilización de nuestra existencia y nuestro carácter; también hemos logrado mantener contacto con activistas de otros países, quienes nos han facilitado sus portales de Internet para elevar nuestras denuncias y dar a conocer nuestro pensamiento político.

Los presos y presas políticas no pretendemos presentarnos como víctimas, somos conscientes de las consecuencias al caer en manos del enemigo por nuestra actividad rebelde, no somos simples inconformes con el sistema que buscan reforzarlo para hacerlo más viable, somos contrarios a él y por eso buscamos su transformación radical, eso hace que el Estado nos mire como sus más peligrosos enemigos, por esto el régimen dominante no cumple las normas universales que obligan a dar trato digno y respetuoso a los adversarios prisioneros, empezando por negar el reconocimiento de Presos Políticos.

Como los delitos conexos con la rebelión los desaparecieron del ordenamiento jurídico colombiano, los rebeldes presos afrontamos las penas más altas y las condiciones más duras de reclusión haciendo que la pelea jurídica sea una ficción, ya que somos neutralizados por la Guerra Jurídica del régimen, por esto nuestros procesos tienen poco de jurídico y mucho de político-bélico, lo que hace indispensable que nuestra situación se discuta y decida en los escenarios políticos, no solo en estrados judiciales.

En conclusión, nuestra lucha nunca estará desligada de la de los demás presos del país puesto que todos afrontamos similares situaciones, nuestra bandera seguirá siendo la defensa de los Derechos Humanos, primando en ellos la libertad, junto a seguir manteniendo nuestro carácter político en todos los escenarios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *