POLICÍA SÁDICA CASTRA A MANIFESTANTES

Omaira Sáchica

Durante el Paro Nacional que inició el 28 de abril las Fuerzas Armadas (FFAA) en colusión con el paramilitarismo urbano agredieron bárbaramente a los manifestantes, dejando: 87 asesinados, 1.905 heridos de los cuales 90 sufrieron lesiones oculares graves, 3.365 detenciones arbitrarias, 35 víctimas de violencia sexual y más de 200 desaparecidos [1].

Héctor Manuel Vargas Cobo de 33 años integrante de la Primera Línea el pasado 16 de mayo tras una brutal arremetida de las FFAA en Yumbo, Valle del Cauca, fue víctima de una granada aturdidora que le lanzó frente a frente la policía militarizada del Esmad, ataque sanguinario que le extirpó el pene y los testículos.

Es padre de tres hijos de 15, 13 y 8 años, trabaja en una empresa local pero ahora por sus heridas no ha podido laborar, la Alcaldía de Yumbo ni ningún ente estatal responde por su atención pese a que están en la obligación de hacerlo.

Él relata lo sucedido: “el día 16 de mayo estábamos en la Resistencia de Las Américas y aparecieron los señores del Esmad, nos sometieron y siendo las 2:30 de la mañana recibí el impacto de una granada aturdidora en mis partes íntimas, que me causó amputación del pene y los testículos”.

La Empresa Promotora de Salud “Coomeva lo complica todo, yo salí el 2 de junio del hospital, me mandaron unas curaciones y se demoraron 15 días para autorizármelas, me las hicieron 15 días después, ya tenía infección, ahí estoy perjudicado porque me mandaron cita con el anestesiólogo, primero se cumplió el plazo antes de que me la autorizaran; yo le exijo a Coomeva que me preste un servicio justo, yo soy cotizante, toda la vida he cotizado y cuando uno los necesita no están para uno, yo necesito que me colaboren con mis autorizaciones y que me hagan el proceso debido a tiempo” [2].

La mutilación que sufrió Héctor Manuel es uno de los miles de Crímenes de Lesa Humanidad, producto del trato de Guerra que el régimen da a la protesta social, ejecutado por narcoparamilitares y agentes de las FFAA, con una sevicia y sadismo tal que se multiplican los casos en que aplican descargas con las pistolas Taser en los genitales de las personas.