CONGRESO, CLANES Y PARAMILITARES

CONGRESO, CLANES Y PARAMILITARES

Sergio Torres

El país sabe desde hace varias décadas el Congreso de la República es un entramado de corrupción y mafia narcotraficante y paramilitar. Los casos que siguen saliendo a la luz, son la confirmación de un vínculo que aún persiste y que debe ser solucionado por completo.

Esta semana se confirmó otra de las verdades archiconocidas por el país, pero negadas por los gobiernos de turno. El excongresista, Álvaro Ashton, declaró ante la Justicia Especial para la Paz (JEP), la relación de los clanes políticos de la costa norte colombiana con los paramilitares de las llamadas autodefensas unidas de Colombia (AUC), en la que prácticamente han actuado como sus operarios tanto en el legislativo nacional, como a nivel regional. Un entramado de mafia, narcotráfico y paramilitarismo que hoy sigue funcionando con fichas claves como el expresidente del Congreso y candidato presidencial, Efraín Cepeda.

Estas nuevas declaraciones se suman a las investigaciones, procesos y condenas que confirman que los clanes Name, Gerlein, Gnecco y Char, constituyen un cartel de la corrupción en los departamentos de la costa norte: Guajira, Atlántico, Bolívar, Cesar y Sucre. Donde han comprado elecciones e instituciones desde hace décadas.

La estructura mafiosa monopoliza el Estado

Lo llamativo de estas declaraciones son los “peces gordos” que el excongresista Ashton ha mencionado. Menciona a Armando Benedetti el actual Ministro del Interior del gobierno de Petro y a Efraín Cepeda, el expresidente del Congreso, uno de los candidatos de la derecha a la presidencia. Es decir, en estas declaraciones quedan cuestionados 2 altos representantes de las instituciones del Estado, uno del gobierno y otro de la oposición, relacionados bajo la misma tolda mafiosa paramilitar.

Estas declaraciones invocan un fantasma que no ha muerto en más de 20 años, cuando la llamada ‘parapolítica’ se hizo conocida, porque una gran cantidad de congresistas estaban articulados a los paramilitares. Como en el caso de Ashton, muchos de ellos aún continúan en la impunidad, así existan confesiones desde los propios paramilitares y congresistas implicados.

En el caso de la costa norte colombiana, esa relación estrecha entre personajes de la política local y regional con el bloque norte de las AUC, generó un entramado de clanes mafiosos que siguen manejando a su antojo la política de esa región.

Ni verdad, ni reparación

Más de 2 décadas de relaciones y crímenes que siguen estando en la impunidad. Basta con que Armando Benedetti sea hoy el Ministro de Interior, a la vez que ha resultado envuelto en todas estas relaciones de corrupción y criminalidad en la costa. El clan Char sigue dirigiendo en el Atlántico. Mientras las víctimas siguen sin ser reparadas.

Las declaraciones de Álvaro Ashton, si bien son más una jugada para tratar de salvar parte de su condena, reabre y pone de nuevo el tema de la llamada ‘parapolítica’ que nunca ha dejado de existir. La memoria de las víctimas de los paramilitares del bloque norte, aún claman por los más de 2.000 asesinatos y más de 456 masacres, como lo ha reseñado el Centro Nacional de Memoria Histórica.

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