EL RECAUDO DE 2025 NO SOLUCIONA LA CRISIS ECONÓMICA

Chavela Villamil
La tributación y el recaudo captan recursos para los Estados, con los que sostienen sus planes de desarrollo; sin embargo, aunque haya una captación cuantiosa, esta no debe ser destinada al Gasto Corriente, de lo contrario no es posible subsanar el déficit fiscal y social.
El modelo económico global instaurado desde hace más de 100 años, se basa en la acumulación de capital en un reducido grupo plutocrático, lo que intensifica la brecha de desigualdad y pobreza que padece buena parte la población global y más de un tercio de la población colombiana; esta crisis de modelo aunada a diversos fenómenos macroeconómicos globales, han desatado una recesión técnica global, que afecta con mayor fuerza a los países dependientes de las economías extranjeras, como es el caso de nuestra economía colombiana.
No basta con el recaudo
En nuestro país el recaudo de impuestos es determinante para el erario; según lo proyectado para este año el recaudo neto de impuestos rondaría los 279 billones de pesos, y aunque representa un crecimiento de 9,6 por ciento, está 30 billones de pesos por debajo de los 315,5 billones de pesos proyectados en el Presupuesto General de la Nación (PGN); el recaudo bruto (incluyendo las devoluciones de la DIAN), rondaría los 293 billones, el desfase no solo refleja las dificultades que plantea el sistema tributario en sí mismo, sino la necesidad imperativa de ajustar las expectativas del Gobierno en torno a la realidad económica del país y la política del gasto [*].
Es inaplazable disminuir el Gasto Corriente
En términos macroeconómicos Colombia se ha desacelerado y su crecimiento en 2023 fue de 0,6 por ciento y, el año anterior de 1,6 por ciento, a su vez, el poder adquisitivo per cápita decreció en 27,93 por ciento, lo que impacta el mercado interno al generar una caída abrupta de la demanda, que pone en ‘Rojo’ la economía familiar de las capas sociales medias y bajas, incrementando los índices de desigualdad y pobreza monetaria y multidimensional.
La política financiera del Gobierno de Petro se ha concentrado en incrementar el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa -DE-), para ampliar la cobertura de algunos programas de subsidios y crear más burocracia estatal, como es el caso del Ministerio de la Igualdad; pero lo hace sin tener en cuenta el momento financiero que atraviesa el país, en otras palabras, aumenta considerablemente los pasivos en un momento en que los activos decrecen hasta llegar a indicadores negativos.
La política de glosa de pasivos (pagar DE adquiriendo nueva DE) incrementa el déficit fiscal y pone en saldos rojos la regla fiscal de mediano plazo y sobre incrementa el déficit de Cuenta Corriente (DE), que el año anterior llegó a 197.628 millones de dólares, lo que representa el 57,92 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); además el PGN de este año destinó 112,6 billones de pesos a los intereses de la DE, lo que equivale al 21,5 por ciento del PGN, este mismo presupuesto destina el 84,24 por ciento al Gasto Corriente.
Solo un nuevo paradigma económico puede frenar la deceleración
Incrementar el monto destinado a la DE en 19,5 por ciento, es nefasto ya que este tipo de incrementos no finiquitan el pasivo, este dinero no cubre la deuda de capital sino que solamente amortiza los intereses; continuar incrementando el monto destinado a este pasivo, genera masa de capital pero nos hace dependientes del capital extranjero y prolonga el déficit de Gasto Social.
Cualquier política económica es inocua sino rompe la lógica antifinanciera de incrementar al Gasto Corriente y el pago a pérdidas de la DE. Se hace inaplazable un cambio estructural en el modelo económico, que conlleve una tributación que se centre en la recaudación por capacidad de capital; que implemente una política que formalice el empleo y genere solidez laboral e incremente el poder adquisitivo per cápita.
El problema de la economía colombiana vas más allá de lo financiero y sin duda es de orden económico, ya que sus políticas siguen estrictamente el modelo global, y continúa basando el sistema tributario en lo que se denomina ‘captación por nicho masivo’, es decir, trata de captar dinero del mayor número de personas posibles que son mayoritariamente clase media y baja, por eso siempre son los más afectados con las Reformas Tributarias, mientras aplica el dogma neoliberal del Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde la productividad y el desarrollo supuestamente se sustentan en la reducción de la tributación de los mega empresarios, para aumentar su riqueza a grado tal, supuestamente para que “gotee hacia el resto de la sociedad”, tesis que ha sido ampliamente rebatida por los resultados desastrosos, en cuanto que resultó incrementando brutalmente la desigualdad social.
Salir de la crisis socioeconómica actual tiene implícitos cambios estructurales y radicales en los paradigmas económico, financiero, fiscal y tributario; por lo tanto, se hace inaplazable un cambio estructural en el modelo económico, que conlleva un tributación que abandone la recaudación por volumen y se centre en la recaudación por capacidad de capital, -entre más dinero y capital, mayor tributación-, además, se debe disminuir el Gasto Corriente y los excedentes netos invertirlos en la atención del déficit de Gasto Social, a la vez que se implementa una política que formalice el empleo y genere solidez laboral e incremente el poder adquisitivo per cápita.
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[*] Expectativas del recaudo tributario de 2025: esto esperan los analistas. Valora Analitik, 07-02-2025.