TRUEQUE DE CARGOS EN LA PROCURADURÍA

TRUEQUE DE CARGOS EN LA PROCURADURÍA

Sergio Torres

La desgracia consiste en haber naturalizado el estado de corrupción imperante y quien no lo es, pasa como un ‘bicho raro’, mientras los bichos más corruptos se rotan los altos cargos del Estado, ante una sociedad expectante que apenas reclama.

La lógica es la de ‘el ratón cuidando el queso’, y que el entorno crea que estos son ratones especiales que no se lo comen o que todos creamos, que está bien que coman un poquito porque son parte del paisaje o del platanal. Visto así, pareciera una fábula, pero cuando se trata del robo continuado y estructural de las riquezas y los derechos de toda una población, el asunto se pone dramático.

Intercambio de bienes y servicios

El primer ejemplo del año sucedió el pasado miércoles 15, cuando se realizó el acto de transición de mando en la Procuraduría General de la Nación (PGN), en el que se despedía a una ficha de Uribe, la procuradora saliente, Margarita Cabello Blanco, por parte del procurador entrante, Gregorio Eljach Pacheco, una ficha se Santos. Todo un derroche de zalamería, en que se dejó notar que pasar de la administración de Uribe a la de Santos no traerá un cambio en este ente de control.

Como ya es claro para la mayoría, el nuevo Procurador no es de izquierda, ni siquiera es progresista, su mayor trayectoria fue como Secretario General del Senado de la República, en la que se destacó por ser un hábil tramitador de componendas y adaptarse muy bien con todos los partidos, por lo que recibía un sueldo mayor que el de los Congresistas, ¿no lo sabían?

Así las cosas, como Eljach es un buen tramitador de componendas y coimas entre funcionarios públicos, por esto fue el mejor candidato para la Procuraduría, entidad vuelta experta en tapar escándalos de corrupción, por un lado, mientras los destapa por el lado contrario, manipulando la opinión, haciéndola creer que está velando por los intereses de los ciudadanos. El supuesto empalme en esta entidad, lo que realmente expresa es un apretón de manos entre el clan de los Char y el clan de Santos, el nuevo mejor aliado del gobierno.

Otro ejemplo de esta compraventa de altos cargos burocráticos, ocurrió en diciembre pasado con el nombramiento del nuevo asesor presidencial, Armando Benedetti, quien finalizando el año 2024 se desvinculó de la embajada ante la FAO en Roma, para asumir un puesto como asesor del presidente, en el Departamento Administrativo de Presidencia -Dapre-. Dicho nombramiento generó una ola de críticas por la larga lista de escándalos y denuncias en contra de este excongresista. Aquí el trueque está en que gobierno le entrega un alto cargo, mientras el nuevo asesor guarda silencio sobre las verdades inconvenientes que conoce.

Igual ocurrió con el nombramiento de Álvaro Hernán Prada, quien al momento de ser elegido como magistrado del Concejo Nacional Electoral -CNE-, ya estaba acusado por la Corte Suprema de Justicia por complicidad en el delito de compra y manipulación de testigos para encubrir a Álvaro Uribe Vélez. Es decir, el ahora presidente del Consejo Nacional Electoral es un delincuente manipulador de testigos y falseador de la justicia. Y por todos esto, a ninguno le salen colores a la cara.

Qué hacer

La transición hacia el cambio, hacia un nuevo modelo de hacer política, debe representar un real compromiso y entrega por superar el hambre, la exclusión y la desigualdad, que se generan desde estas lógicas corruptas. Debe representarse en la defensa de los derechos fundamentales, la lucha contra la corrupción y el protagonismo de las mayorías. Y esto, como en el 2021, solo lo puede impulsar el pueblo en la calle y la barricada.

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