¡PILAS CON LOS HUECOS!

¡PILAS CON LOS HUECOS!

Karina Pacheco

Al caos de la jungla le sobran las congestiones de tránsito vehicular o ‘trancones’, la mayoría debido a que en las calles abundan los huecos, que en vez de ser tapados, se multiplican todos los días; muchos de ellos, verdaderos cráteres, son trampas mortíferas.

No hay avenida, calle o transversal que no tenga huecos y hasta las avenidas principales cuentan con estas trampas mortales; en una de estas, en diferentes tramos se ha vuelto común ver conos señalizadores y detrás de estos, un señor de mediana edad, con ropa de ‘ruso’ (albañil), quien con medios rústicos va haciendo lo que la Alcaldía no hace, uno a uno va tapando los huecos, mientras un muchacho mucho más joven, mientras el semáforo está en rojo, se pasea entre los carros con este letrero: ‘tapamos los huecos que ignora el Alcalde, mientras los demás nos perjudicamos’, al tiempo que dice en voz alta, ‘su colaboración es importante para seguir tapando huecos’.

Carlos es uno de tantos, que no han tenido muchas oportunidades para estudiar y que durante varios años infructuosamente ha buscado empleo; en un tiempo trabajó en la rusa, pero por la crisis cada día era más difícil conseguir empleo y cuando conseguía lo que le pagaban no le alcanzaba ni para pagarse los transportes; en la desesperación, al verse alcanzado por el hambre, lo llevó a ver en los cráteres de la jungla de cemento una oportunidad para poder subsistir; esto lo llevó a empezar a tapar huecos en algunos barrios y calles terciarias, hasta que escaló y se fue a las grandes avenidas, donde en compañía de su hermano, todos los días sale a guerrearse ‘la papita’ para llevar a su casa.

Tapar huecos no es responsabilidad de Carlos, pero el hambre apremia y la irresponsabilidad de la Alcaldía es histórica, por esto, día a día él sale a tapar huecos hasta que el Gobierno local se vuelva responsable o hasta que consiga un trabajo donde le paguen lo justo y necesario; hasta tanto, Carlos y su familia sobreviven de lo que los conductores le dan.

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