EL VERDADERO CAMBIO NO DA ESPERA
Damaris Izaguirre
Pasados dos años del Gobierno del cambio, aparece la desilusión por el incumplimiento de sus promesas de campaña, pero esto no debe hacer mella en la movilización popular dirigida a persistir en la lucha por los cambios estructurales.
Uno de los principales desaciertos del Gobierno de Petro, es no hacer una ruptura radical y definitiva con el régimen, pese a la inoperancia y poca productividad que ha traído sostener alianzas con los exponentes del régimen, la continuidad de los nexos con ellos la justifican con la falacia de construir gobernabilidad, supuesto que no ha funcionado, ya que en momentos críticos de la aprobación de proyectos y reformas, los supuestos aliados han exigido aumenos en su cuota burocrática, pero al final terminan cumpliendo los designios del régimen y hundiendo cualquier reforma o proyecto de ley, que reste tan solo un ápice de privilegios a la élite dominante. Además, este gobierno progresista continúa subordinado al imperio norteamericano y leal a sus intereses, muestra de ello es que la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Tío Sam, es la determinadora del genocidio contra los líderes sociales, continúa sin ser modificada y mucho menos depuesta.
El 2025 asoma un contexto más caldeado que el del año anterior, la acentuada crisis económica, el fracaso de la Paz Total, la continuidad de políticas económicas antipopulares -como aumento de peajes, incumplimiento de Acuerdos, entre otros-, esto y otros factores geopolíticos, los utilizan para avanzar en el remozamiento del régimen, de cara a las elecciones de 2026; este sombrío panorama agrietará aún más la ya maltrecha gobernabilidad del Gobierno del cambio.
Las transformaciones estructurales que exigió el Estallido Social no se pueden dejar a la deriva, son mandatos populares que deben cumplirse con o sin apoyo de los Gobiernos; el cambio no puede quedarse en dar solo una sensación de bienestar, los cambios deben ser estructurales, tangibles y en favor de Los Nadie. La unidad popular y la lucha determinada de los excluidos debe cualificarse y proseguir, porque solo de manos de la lucha popular vendrán los cambios y las trasformaciones de fondo, que durante décadas le han sido negadas a Los Nadie.