POR QUÉ SIGUEN PRIMANDO LOS ESCENARIOS DE GUERRA
Anaís Serrano
Se va el año 2024 marcado por el genocidio del pueblo palestino, la inacción de la comunidad internacional y el silencio cómplice de los poderosos del mundo ante la brutalidad del sionismo genocida, han marcado un antes y un después en la historia de las relaciones internacionales.
Los organismos de integración, sus leyes, convenios y acuerdos se desdibujan en las imágenes de más de 20 mil niños y niñas palestinas asesinadas, otros miles desaparecidos, mutilados, huérfanos y sometidos al frío, el hambre y la sed. Los pueblos del mundo levantan todos los días su voz desde distintos rincones, pero finalmente, nada pasa. El genocidio continúa impunemente. El imperialismo desecha todo tipo de Derecho Internacional, para imponer en su lugar “un orden basado en las reglas” de la fuerza.
Asia occidental
Israel avanza en la construcción de su proyecto colonial llamado El Gran Israel, tomando territorio sirio. Las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, se apoderaron de la República Árabe Siria con ejércitos proxys, para imponer otra dictadura en nombre de la democracia. Irán y el Eje de la Resistencia han recibido duros golpes este año, pero también, la República Islámica de Irán ha asestado tan duros golpes a la supuestamente infalible Cúpula de Hierro israelí, que el sionismo volvió a evitar cualquier confrontación directa con el gigante persa.
Tampoco ha sido derrotada la resistencia palestina ni mucho menos la libanesa. La acción más firme en solidaridad con Palestina la ejecuta Ansarullah de Yemen, que además de atacar directamente a Tel Aviv, mantiene el control del estrecho de Bab el Mandel, limitando el acceso al mar Rojo para cortar una importante ruta de abastecimiento de Israel y de extracción de las riquezas robadas por las potencias occidentales. En respuesta, también Yemen está siendo bombardeado.
El antiimperrialismo
En el trasfondo de este y todos los grandes escenarios de guerra este año, está la disputa del imperialismo contra el eje antiimperialista que ha vuelto a dividir en dos al mundo. Si bien los “BRICS +” se posicionaron en 2024 como el centro de la disputa económica, son China, Rusia e Irán el epicentro de ese eje que cuenta con Cuba y Venezuela como vanguardia latinoamericana y la Confederación del Sahel como capital de la nueva lucha por la descolonización del África con la visión socialista de Sankara.
La nueva franja y ruta que China está construyendo también va marcando el rumbo de muchos conflictos, con los que EEUU intenta contener el avance de este gigante económico que, por el contrario, procura avanzar en paz con una política de negociación permanente con otros países centrada en los acuerdos económicos. Es a la luz de la comprensión de esta disputa que se deben analizar los principales escenarios bélicos del momento y los que están en ciernes. Por supuesto que no hay que olvidar que el desarrollo tecnológico y la hiperconcentración de capital, han venido generando nuevas modalidades de guerra cada vez más difíciles de comprender y enfrentar.
En ese sentido, en el 2024 se identificaron varios escenarios de guerra. La Península Arábiga, Irán, Turquiye y Egipto, pueden ubicarse como uno de esos escenarios. El otro escenario de esta guerra imperialista es Ucrania, donde la OTAN está siendo derrotada en un conflicto bélico que ella misma desató contra Rusia.
Imperio norteamericano
Donald Trump ganó nuevamente las elecciones en Estados Unidos y el 20 de enero del 2025 se iniciará su gobierno acompañado por Elon Musk y personajes de la ultraderecha como Marco Rubio. Trump ya ha anunciado el interés de acabar la guerra en Urania con la intención de negociar con el Kremlin, para centrarse en el siguiente escenario de la región indo-pacífica, que evidencia un conflicto bélico en ciernes impulsado por el imperialismo en Taiwán, como cabeza de playa para lo que espera sea la batalla definitiva contra la poderosa República Popular China.
Para ello, la OTAN ha avanzado este año posicionando nuevas Bases Militares en esa región, aunque no sin importantes resistencias como las protestas anticoloniales de este año en Nueva Caledonia y el triunfo de la izquierda en las elecciones de Sri Lanka.
América Latina y el Caribe
Mientras tanto, Nuestra América continuó siendo otro importante escenario, en el que los pueblos y algunos gobiernos en resistencia han logrado sostener la paz, con muchos esfuerzos, particularmente desde Venezuela, Cuba, Nicaragua, y algunos países del Caribe unidos en el ALBA-TCP. Los procesos genocidas en nuestra región continúan desarrollándose sobre todo en Haití y Colombia, donde el paramilitarismo aumenta proporcionalmente al aumento de la injerencia de la OTAN en nuestro país, y los líderes y lideresas sociales continúan siendo asesinados, desaparecidos o judicializados. La injerencia militar estadounidense también avanzó este año en Ecuador y Perú.
Las elecciones en México, reimpulsaron el proyecto de la cuarta transformación con el triunfo de Claudia Sheinbaum, lo que implica algunos desafíos importantes para el gigante del norte. En Uruguay el progresismo triunfó y rápidamente evidenció sus contradicciones habituales. En el continente se fortalecieron gobiernos de derecha: Argentina con Milei, Salvador con Bukele (reelegido este año), Perú con un gobierno golpista, Ecuador en manos de las mafias.
Las elecciones más importantes de esta región durante el año, han sido las de Venezuela, donde un nuevo triunfo de Nicolás Maduro enfrenta nuevamente las amenazas dirigidas desde EEUU e Israel, quienes siguen utilizando a factores violentos para intentar desestabilizar desde adentro al gobierno Bolivariano, y hacen lobby internacional para justificar más medidas coercitivas y construir matrices, que generan dudas sobre la legitimidad de las elecciones y, por tanto, del gobierno. La toma de posesión el 10 de enero generará repercusiones regionales; podremos medir la fuerza de la presión estadounidense sobre los gobiernos de la región para desconocer a Maduro, contra quienes adoptan una línea de no injerencia y respeto del camino propio que decide cada pueblo.
En el corto plazo
Para el 2025 el ajedrez político tendrá, entonces, escenarios que se mueven de acuerdo a las contradicciones entre los intereses del imperialismo y las diferentes formas de resistencia; en Asia oriental, con una China fortalecida comercialmente, los intentos por cercarla y aislarla; en el llamado Medio Oriente, con el expansionismo sionista y el saqueo de hidrocarburos frente a un Eje de la Resistencia que articula pueblos milenarios; una África que se levanta y se descoloniza ante potencias que insisten en perpetuar el saqueo; Occidente seguirá intentando, por distintos medios, debilitar a Rusia y el liderazgo cada vez más consolidado, de Vladímir Putin, para apropiarse de su extensa riqueza y disolver una de las cabezas de la lucha antiimperialista y motor de los BRICS+; y Nuestra América con la cabeza del monstruo imperial relanzando la Doctrina Monroe e imponiendo gobiernos títeres, que buscará superar su propia crisis con las riquezas de nuestros pueblos, que resisten, se organizan y luchan por alcanzar su soberanía.