¡VELITAS!
Karina Pacheco
Sin duda navidad es una época del año que ataña unidad e integración; sin embargo, también permite que aflore con mayor fuerza la desigualdad y la pobreza, ya que mientras unos hacen mover las registradoras de los negocios, un gran grueso de la gente aprovecha para rebuscarse la papita.
La llegada de la temporada decembrina se convierte en una gran oportunidad para miles de personas que habitan en la jungla de cemento, y que el sistema los ha relegado a la física miseria. Por estos días las calles de la jungla de cemento se ven más nutridas de personas que tratan de vender diferentes productos o proveer algún entretenimiento corto de semáforo, para poder conseguir unas pocas monedas que les permitan engañar al hambre.
Todas las mañanas, sobre uno de los tantos semáforos que tiene la avenida NQS, algo llamo mí atención, entre el caos matutino de la hora pico, voltee a mirar a uno de los separadores y ahí estaba ella; juliana una niña de no más de 16 años, estaba apostada en un semáforo acompañada de dos cajas de cartón, en una tenía varios paquetes de velas multicolor y en la otra un bebe de no más de 6 meses; cada vez que el semáforo alumbraba en rojo, juliana de manera apresurada se escabullía entre los carros para poder ofrecer sus velitas, era conmovedor escucharla decir: -colabóreme con unas velitas para poder pagar la piecita, y comprarle comida a la bebe-, algunos compraban velitas, otros le colaboraban y otros tantos simplemente continuaban su marcha sin mirar atrás; así trascurren todos los días de juliana, que entre cambio y cambio de luz reúne monedas para subsistir, viviendo un día a la vez y con la incertidumbre de no saber que pasará mañana.
Juliana es una niña humilde de los suburbios de la jungla de cemento, creció con demasiadas carencias económicas y no pudo terminar el colegio, quedo embaraza a los 15 de alguien que casi le doblaba la edad y de quien no volvió a saber nada desde que quedó embarazada, por sus creencias nunca pensó en abortar o en dar en adopción él bebe, por que tan solo siendo una niña tuvo que cambiar los juegos con muñecas -que nunca tuvo- por cambiar pañales y amantar una bebe, con todo lo que eso atañe; esa es su realidad y aunque no puede hacer mucho por transformarla, lucha día a día sin descanso por sobrevivir.