EN LOS BRICS ESTÁ MEDIO MUNDO
Anais Serrano
A finales del mes de octubre pasado se realizó en Kazán, Rusia, la XVI Cumbre de los BRICS, que reunió a 22 presidentes y altos funcionarios de 36 países y 6 organizaciones internacionales, incluyendo al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Mientras que representantes Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, participaron por primera vez en una cumbre desde su incorporación, el único líder de un país fundador que no asistió fue Luiz Ignacio (Lula) da Silva, quién un par de días antes dijo haber tenido un accidente doméstico que imposibilitaría su viaje. Durante esta cumbre se asociaron nuevos países a los que describieron como “mercados emergentes y países en desarrollo”.
La larga declaración final contiene 134 puntos y dan cuenta de una visión político-económica estratégica que desafía la hegemonía imperialista y procura la construcción de un mundo multipolar y evidencia por qué esta reunión generó tanto ruido en las potencias occidentales.
Algunos de los puntos más importantes de esa declaración subrayan el respeto al Derecho Internacional, que hoy atraviesa una profunda crisis que se evidencia grotescamente en el genocidio del pueblo palestino, el respaldo a la Carta de las Naciones Unidas (ONU), pero planea la necesidad de reformar esta Organización y su Consejo de Seguridad. También se plantearon temas como la necesidad de aumentar la participación de las mujeres en diferentes niveles de responsabilidad de las organizaciones internacionales.
Otro punto de importancia central en esta declaración fue el rechazo a las medidas coercitivas unilaterales ilegales, que configuran los bloqueos a países como Cuba y Venezuela, pero que también se han extendido a Rusia, China, Irán, Siria hasta un total de 30 países en el mundo. Siendo Rusia, Irán, Siria y Venezuela cuatro de los cinco países con más medidas de este tipo dictadas en su contra.
Sin embargo, es importante enfatizar que hasta el momento, los BRICS solo han planteado reformas a los organismos de integración y las instituciones financieras como las nacidas de la Conferencia Bretton Woods (1944), pues procuran el fortalecimiento de un mundo multipolar y el uso de monedas nacionales para romper la hegemonía del dólar, sin que ello implique que haya unanimidad en la necesidad de desafiar el sistema capitalista.
La cumbre concluyó demostrando el liderazgo internacional de Vladímir Putin, realizando la incorporación de nuevos países al bloque entre los que destacan Cuba y Bolivia y a pesar del impacto a la unidad que significa el rechazo de Brasil a la incorporación de Venezuela.
El tema palestino también estuvo presente y aunque la posición consensuada tiene muchos matices, fue consensuado el rechazo a las violaciones reiteradas de Israel al derecho internacional en Palestina y Líbano.
Por ahora, los BRICS concentran aproximadamente el 45 por ciento de la población mundial, el 30 por ciento del territorio global, el 40 por ciento del petróleo mundial y el 72 por ciento de las reservas de metales raros, estas cifras que habrían sufrido un fuerte impacto positivo con la incorporación de Venezuela que es el país con mayores reservas petroleras probadas del planeta y una inmensa reserva de oro, dan cuenta de la importancia económica del grupo, pero en la actualidad, el poder político, militar y geo estratégico del bloque ya es suficiente para hacer temblar al decadente imperio occidental.
A la par que se desarrolla esta cumbre, demostrando la fuerza que viene acumulando y fortaleciéndose como una plataforma de disputa contrahegemonica; en el seno del imperio transcurría la elección del Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, esa elección signada por la pugna entre los grandes poderes económicos de occidente, impone unas nuevas dinámicas en torno a los ejes que comenzaran a priorizarse en la disputa mundial.
El interés de sostener la unipolaridad hegemónica hace que esa disputa, que se manifiesta militarmente en los territorios de Asia Occidental, con el sionismo y el ente israelí como instrumento, y en Europa oriental, con Ucrania y la OTAN como plataformas; comience a trasladarse a otros territorios en este nuevo periodo.
La zona del Indopacifico, con el enemigo China, en la disputa comercial, y Nuestra América, como “patio trasero” de la política de Estados Unidos en acuerdo a la Doctrina Monroe, relanzada por el mismo Trump en 2018, serían esas nuevas zonas en disputa.
Corresponde a los pueblos del mundo mantenerse en la lucha y estructurar mecanismos de articulación, efectivos para poder contrarrestar las nuevas apuestas imperiales, mientras en el mundo comienza a hacerse palpable la nueva arquitectura internacional.