LOS NEGOCIANTES DE LA COP 16

LOS NEGOCIANTES DE LA COP 16

Claudia Julieta Parra

La pasada COP 16 realizada en Cali, más que un acuerdo sobre biodiversidad, generó enormes utilidades a los grandes empresarios del sector hotelero y turístico, sin embargo, esta fluctuación en el comercio no generó estabilidad y sostenibilidad en el mercado.

Los grandes medios de comunicación, el Gobierno de Cali y diferentes funcionarios públicos dentro de ellos el propio Presidente Gustavo Petro, entre otros, han estado hablando de los grandes beneficios económicos que le dejó al país la realización de la COP 16. Según fuentes oficiales, las ventas comerciales en Cali se incrementaron en cerca de 350 por ciento, la ocupación hotelera osciló en el 94,7 por ciento y registró ingresos por cerca de 37 millones de dólares, el sector gastronómico 8,9 millones de dólares, el entretenimiento 2,9 millones de dólares y el comercio 5,2 millones de dólares. Estas operaciones comerciales generaron cerca de 4.600 empleos temporales, además de la fluctuación económica que generó en el sector informal.

No se pueden negar los beneficios económicos que generó la COP 16 a la plutocracia local, nacional y multinacional, sin embargo esta fluctuación de capital es volátil ya que obedece a comercio de oportunidad, por lo tanto no incide en la regulación del mercado y mucho menos de la dinamización económica; además, estos grandes movimientos de masa monetaria no impactan la dinámica económica diaria, que en gran medida está determinada por la informalidad laboral -rebusque-, razón por la cual no genera ningún cambio en el poder adquisitivo per cápita, por lo que la desaceleración económica persiste inamovible.

La estabilidad y dinamización está determinada por la capacidad de poder adquisitivo per cápita, sin este, el mercado cae en un descenso grave de la demanda y se desacelera; por ende, es un riesgo financiero sostener la productividad con base en una economía informal, y desde luego tampoco puede depender del mercado de ocasión, ya que este es volátil y no genera sostenibilidad. La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital circulante, superar el déficit de poder adquisitivo, implica instaurar una política económica fundada en la formalización del empleo y la mejoría de las condiciones salariales, además debe generar una tributación redistributiva que permita subsidiar capas bajas de la sociedad, por tanto, se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional, y que a su vez disminuya el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de la Deuda Externa).

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