REBELDÍA: DERECHO DE LOS PUEBLOS
Damaris Izaguirre
Las marchas y plantones en diferentes partes del país exigiendo el cumplimiento de Acuerdos, han sido un común denominador durante el Gobierno de Petro y Francia; por esto, mientras no exista un Gobierno surgido de las entrañas de la Colombia profunda, no habrá cambios estructurales.
Durante la pasada campaña presidencial, el actual Gobierno del Cambio instrumentalizó las necesidades sociales insatisfechas y las exigencias hechas por el Estallido Social de 2021, para hacerse de un caudal electoral considerable que le permitiera obtener la presidencia.
Las continuas alianzas con el régimen y el sostenimiento de ‘camaleones’ politiqueros en la bancada de Gobierno, deja claro que el Gobierno del Cambio no está dispuesto a instaurar reformas estructurales, ni está preparado para hacer una ruptura radical con el régimen y mucho menos con el Tío Sam. La mayor contradicción de este Gobierno no está es los ingentes y esperados esfuerzos del régimen para evitar cualquier cambio por blando que este sea y sostener el statu quo; se podría decir que este Gobierno se autosabotea al esperar lograr cambiar las cosas, sosteniendo ‘alfiles y camaleones’ de la vieja politiquería al interior del alto Gobierno, al igual que sostiene políticas heredadas, a sabiendas que estas evitan que las cosas cambien.
Las transformaciones estructurales que exigió el Estallido Social de 2021 no se pueden dejar a la deriva, son mandatos populares que deben cumplirse con o sin apoyo de los Gobiernos, no es fortuita la frase popular que dice ‘solo el pueblo, salva el pueblo’, además que es evidente que este Gobierno es ambivalente y dubitativo, su discurso está dirigido a conectar con Los Nadie pero sus acciones y medidas están dirigidas a continuar favoreciendo los intereses del régimen y del Tío Sam, y a sostener el statu quo.
El cambio no puede ser retórico, debe ser tangible y estructural, y como ello significa ir en contra de las disposiciones del Tío Sam, este, por incipiente que sea, no vendrá de manos ni de este ni de ningún Gobierno que este subordinado al Tío Sam; por lo tanto, es vigente la consigna de que ‘solo el pueblo salva al pueblo’, y en manos de este está alcanzar unidad de clase y luchar de manera diáfana y decidida por lograr un país donde quepamos todos, en paz con justicia y equidad social.