UN TESORO EN LOS ESCOMBROS
Karina Pacheco
La jungla de cemento es una sociedad de consumo, donde la filosofía es gastar y comprar sin importar la obsolescencia del producto; lo que convirtió la basura en un negocio redituable y un medio de subsistencia de los que no tienen posesión alguna, y son excluidos y utilizados por el sistema.
Juan a sus treinta y tantos tiene sueños frustrados y anhelos aplastados, el hambre y las necesidades apremiantes solo lo dejaron estudiar hasta octavo, cuando cambió los lápices y los cuadernos por un palustre, donde las jornadas apremiantes lo derribaron y lo hicieron buscar oportunidades menos desgastantes, nada más duro que trabajar pesado con el estómago vacío; de allí en adelante se volvió un todero que se le medía a lo que saliera, un guerrero de la jungla de cemento que se niega a sucumbir y el trabajo se convirtió en cuestión de supervivencia.
Muy a las 5 de la tarde cuando las personas empiezan a salir de las oficinas, al calor de un agua de panela –proteína y energizante de Los Nadie-, Juan alista su carreta y con la compañía de su amigo de 4 patas inician el recorrido, hay que ir de prisa para adelantarse al camión de la basura, porque si este llega primero los deja sin materia prima. Donde quiera que hay una bolsa de basura agolpada la carreta se detiene y Juan empieza a buscar cosas que puedan ser reutilizadas o que se puedan vender en la chatarrería, porque ‘lo que es basura para el rico, es tesoro para el pobre’. El tiempo transcurre en un breve recorrido con la carreta ya abarrotada, hay muchas cosas inservibles pero que se pueden reciclar, pero hay otras que con ‘bañito de gato’ se pueden utilizar de nuevo; hoy fue una buena jornada, un día más en el que se capotea el hambre y se puede comer un poquito de más para los tiempos en que ‘la marea se pone baja’.
La sociedad indolente mira a Juan por encima del hombro y con desprecio a quienes sobreviven del reciclaje, creen vanamente que tras sus ropajes se oculta la maldad, cuando en muchas ocasiones esta viste de Dior y Testoni; Juan y sus colegas tiene corazones limpios, solo son víctimas de un sistema que los excluyó y los continúa segregando; pero aun así se niegan a sucumbir y luchan a su manera contra un sistema infame donde el ser tiene precio y lo convirtió en una mercancía.