COP: DEMAGOGIA Y NEGOCIOS

COP: DEMAGOGIA Y NEGOCIOS

Damaris Izaguirre

La biodiversidad hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la tierra y los patrones naturales que conforman, que son responsables de garantizar el equilibrio de los ecosistemas; pero, ¿los Estados están pensando realmente en biodiversidad y protección ambiental del planeta?

Colombia es casi que un santuario natural, posee gran variedad de climas y microclimas que permite tener una gran gama de ecosistemas y especies de fauna y flora endémicas, que nos otorga el título de ser el segundo país más biodiverso del mundo; sin embargo, la exuberante riqueza natural que tiene nuestro país, que también comprende gran riqueza mineral como oro, plata, coltán, entre otros, nos convierte en blanco de las multinacionales extractivistas y los intereses imperialistas del Tío Sam, que ven en nuestro territorio una fuente de riqueza y aprovisionamiento de materias primas industriales y bélicas; lo que lleva a que desplieguen una compleja matriz de estrategias para desplazar los asentamientos de las comunidades y disponerse a extraer todo lo que es de su interés, desde luego todo con un altísimo costo ambiental que tratan de cubrir con unas pocas monedas -regalías- y expiar culpas con conferencias como la COP16 y otras dadivas que no son más que artilugios para disfrazar la barbarie capitalista.

Se podría dar el beneficio de la duda y plantear que la COP16 tiene un noble interés al plantear la importancia de la biodiversidad y garantizar un planeta sano; incluso su eslogan es mucho más ambicioso: ‘paz con la naturaleza’, pero si se contextualiza con los dictámenes capitalistas que nos impone un modelo económico, que se centra en el monopolio de la riqueza y la sobreexplotación de todo lo que pueda ser valuado, este eslogan resulta ser una ‘venta de humo’; ya que lograr lo que plantea implica deponer el actual modelo económico y crear nuevos paradigmas, donde tener y poseer deje de ser un principio, y la economía de centre en el aprovechamiento de los recursos existentes sin romper el equilibrio de los ecosistemas y mucho menos poner especies o regiones en peligro de la extinción. Desde luego, ni esta COP ni ninguna que esté patrocinada por el gran capital cambiarán el modelo económico, por lo tanto, será imposible proteger el planeta; tal fin solo es posible con la lucha popular y la primacía del bien común sobre el interés imperial.

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