LA INFLACIÓN: EL FANTASMA QUE RONDA

LA INFLACIÓN: EL FANTASMA QUE RONDA

Chavela Villamil

La inflación global ha atacado todos los mercados y exacerbado la desaceleración económica mundial. Nuestra economía no ha sido la excepción y la inflación incrementó ostensiblemente y aunque en los últimos meses ha decrecido, aún no ha podido ser conjurada y continua como un fantasma amenazante.

En el periodo anterior al Gobierno actual, la inflación sobrepasó márgenes históricos y osciló por encima de los 12 puntos porcentuales, situación que llevó a que tomarán medidas como el incremento de las Tasas de Interés que, si bien medianamente logró su cometido, por efecto rebote desaceleró el mercado a través de una caída en picada de la demanda y a su vez incrementó del déficit de costo de vida.

Durante la actual gobernatura la inflación ha venido decreciendo, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) durante septiembre la inflación de creció a 5,75 por ciento, cifra positiva pero que contrasta con el más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que afirma que Colombia repitió como el segundo país de la OCDE con la inflación más alta [*]; además, la disminución de la inflación no se refleja en valor comercial de los productos, en especial los básicos, donde los alimentos y la energía eléctrica continúan con altos costos y son los principales responsables del sostenido incremento del costo de vida.

La disminución de la inflación durante los últimos meses se debe en gran medida, al desplome de la contribución de los alimentos al ritmo de crecimiento de los precios; esta disminución esta inferida por la caída brutal de la demanda que se viene presentando durante los últimos meses, que en sí mismo está ocasionada por la pérdida de poder adquisitivo per cápita, en otras palabras, sino no hay quien compre, el precio del producto baja y si este se reduce la inflación cede; desde luego esta ecuación es volátil y puede variar en cualquier momento y llevar a que la inflación se incremente nuevamente. Además nos genera un fenómeno inferido del bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que es la pérdida de poder adquisitivo per cápita, entendida como la incapacidad de sufragar los altos costos de los productos básicos, que al ser productos esenciales en la alimentación de las capas medias y bajas, no tienen producto sustituto y lo máximo que puede hacer el consumidor es abstenerse de comprarlo (cae la demanda) o reduflarlo, desde luego esto desacelera el mercado y nos conduce a una caída vertical de la demanda, que no solo sostiene la inflación como una amenaza latente, sino que sumado al desempleo, nos deja en alto riesgo de ingresar a un periodo de estanflación.

Los tres factores que nos llevan a la recesión

La economía colombiana durante la última década se ha desacelerado principalmente por 3 factores: 1) el crecimiento económico es inferior a sus necesidades lo cual crea un déficit fiscal, 2) el aumento continuado del desempleo y el empleo informal genera una economía inestable y 3) el alto costo de servicios públicos, en especial la energía eléctrica. Estas condiciones sociopolíticas han llevado a que gran parte de la población pierda poder adquisitivo, lo que genera una caída drástica de la demanda y exacerba la desaceleración económica existente, toda vez que dos tercios del Producto Interno Bruto provienen de la fluctuación comercial.

El empleo bien remunerado es el motor de los mercados, toda vez que el empleo da solidez a las economías familiares y otorga poder adquisitivo per cápita, que inyecta masa monetaria y dinamiza las economías, en otras palabras, los salarios acordes al costo de vida permiten adquirir productos y esto hace que las empresas produzcan más y por ende requieran más empleados, generando la dinamización de la economía.

La evidente recesión económica en la que se sume aceleradamente nuestro país, más que una consecuencia de la crisis global es producto de la inexistencia de una política de generación de empleo y la formalización del empleo informal, por si fuera poco, actualmente existen y sostienen equívocamente políticas económicas regresivas, que favorecen a los grandes capitales y que se basan en el incremento del Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa -DE-) y endeudarse más para pagar intereses de DE (glosar los pasivos).

De nada sirve disminuir el índice de inflación si el valor comercial de la canasta básica no disminuye considerablemente y no se traslada un alivio al costo de vida; en consecuencia, subsanar la crisis socioeconómica, dinamizar la economía y enfrentar su colapso, requiere incrementar el poder adquisitivo per cápita, lo cual demanda una política de empleo formal que disminuya el desempleo y reduzca el subempleo, por lo tanto, se necesita una Reforma Laboral que centre sus esfuerzos en la formalización del empleo, la generación de nuevas plazas laborales formales y con prestaciones de ley y la instauración de políticas que fortalezcan integralmente la producción interna.

____

[*] Colombia se mantiene como el segundo país de la OCDE con la inflación más alta. Valora Analitik, 01-10-2024.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *