UN PIRÓMANO ESTÁ INCENDIANDO EL PLANETA
Omaira Sáchica
Las crecientes olas de calor e incendios forestales que destruyen a su paso millones de hectáreas de flora y fauna, son muestras irrefutables de los estragos del Cambio Climático y la necesidad imperante de frenarlo y evitar nuestra extinción.
La expoliación desmedida de los bienes naturales y el hiperconsumo con que el capitalismo somete a la sociedad, han generado una crisis medioambiental que desemboca en que la temperatura del planeta esté subiendo más deprisa e intensamente que en cualquier otra era, por la afección y destrucción de grandes biomas como la Amazonía o el permafrost de la Antártida, que son determinantes para el equilibrio de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y para frenar el Calentamiento Global.
El aumento del calor conlleva el derretimiento de los glaciares y con ello aumenta el nivel del mar, que está creciendo aproximadamente 3,3 milímetros por año; y aunque los Estados dicen estar tomando medidas correctivas, estas son paliativas y no atacan problemas estructurales como el hiperconsumo, la sobre industrialización, la dependencia de combustibles fósiles, la expoliación de los bienes ambientales, entre otros.
Aumenta el incendio de nuestros bosques
A comienzos de este año el Cambio Climático dio lugar a múltiples incendios en el país, que arrasaron con cerca de 2,7 hectáreas de bosques de niebla -páramos-, que son vitales en el ciclo del agua, ya que allí se origina cerca del 70 por ciento del agua potable que consume Colombia; además se han afectado especies endémicas en riesgo de extinción como el frailejón, el que solo crece un centímetro por año, también se afecta el oso andino por el daño de su hábitat natural; en su momento esto fue tragedia nacional y las instituciones estatales respectivas prometieron tomar medidas correctivas y preventivas, las medidas correctivas medianamente han sido ejecutadas, mientras las preventivas se quedaron en proyecciones y titulares de prensa.
Pocos meses después de la tragedia de los incendios en los bosques de niebla, el país atraviesa una situación similar que es más dramática que la anterior; desde hace más de dos semanas los departamentos de Huila, Nariño, Tolima, Valle del Cauca y Cauca padecen múltiples incendios forestales que han arrasado más de 7.239 hectáreas; según datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), desde el 17 de enero de este año hasta la fecha, se han presentado 2.279 incendios forestales en 30 departamentos y han destruido 137.459 hectáreas de bosques primario, secundario y de niebla, muchos de ellos con pérdida de especies animales y vegetales endémicas y de difícil reproducción y desarrollo [1].
Jennifer Balch, ecóloga y climatóloga de la Universidad de Colorado, sostiene que, “las recientes olas de calor ocurren en un período que ya de por sí está siendo más caluroso, lo que conlleva que se agote la humedad de los combustibles vivos y muertos, y el vapor queda en la atmósfera convirtiéndose en un catalizador para el fuego” [2]. El cambio climático ha contribuido a la generación de aire caliente y con baja humedad, que al momento de un conato de incendio se convierte en combustible perfecto para diseminar los conatos rápidamente; además, los cambios en la destinación del suelo, en el caso de los páramos la potrerización y la minería, entre otros, por si fuera poco el Estado carece de medidas proteccionistas del medioambiente.
Necesitamos nuevas políticas ambientales
El sistema capitalista es el pirómano que incendia bosques en todo el planeta, al generar el Cambio Climático, las sequías y demás fenómenos que están arrasando con múltiples biomas y ecosistemas; por tanto, detener la debacle ambiental en curso implica transformaciones de fondo de este sistema depredador, buscando una sociedad poscapitalista, con un nuevo modelo económico que se centre en la preservación ambiental como eje estratégico en armonía con el sistema productivo.
Desde luego este cambio no es fácil, ya que implica transformaciones de fondo, bloqueadas por el capital supranacional para conservar intactos sus intereses; razón por la cual no será fácil gestar leyes en el corto ni en el largo plazo, que antepongan la protección de la Madre Tierra sobre los intereses de los grandes capitales privados; por lo tanto, estos cambios exigen la movilización de toda la sociedad, junto a la reactivación de las organizaciones ambientalistas para que dinamicen una lucha social y popular masiva en torno a la defensa del planeta y de la vida.
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[1] Colombia: entre los incendios, la deforestación. Mongabay Latam, 25-09-2024
[2] El cambio climático es el directo responsable de los incendios forestales. National Geographic, 22-09-2024.
El capitalismo está acabando con el planeta y nadie hace nada para detenerlo