PETRO EN LA ENCRUCIJADA
Himelda Ascanio
Hace dos semanas en un evento fue los ricos el Ministro del Interior convocó a un Pacto entre las Élites. Ahora, en Asamblea popular, la gente entregó una renovación del Mandato por los Cambios. ¿Petro asumirá el llamado que le hacen desde el pueblo?
Delegaciones de diversas organizaciones sociales y populares; pueblos indígenas, afrodescendientes, negros, raizales y palenqueros; sectores juveniles, estudiantiles y artísticos; mujeres y colectivos de diversidad sexual, así como organizaciones y expresiones políticas, se encontraron el pasado 14 y 15 de septiembre en Bogotá, desde donde plantearon y manifestaron su posición frente al futuro del gobierno y la posibilidad de construir un Acuerdo Nacional.
En sus expresiones hay certeza en que el viejo régimen no deben volver, por el contrario, que debe avanzarse en el alcance real del poder, reconociendo que las ramas legislativa y judicial siguen en manos de las mafias de los grandes grupos económicos, dejando claro que el avance no es cohonestando con estas, ni negociando una supuesta gobernabilidad, sino fortaleciendo la participación y protagonismo popular.
Apoyo con exigencias
La Asamblea popular hizo su propio análisis de la situación y un balance de lo que han sido los dos años del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. En un planteamiento que resulta muy interesante y necesario de cara a las apuestas en materia de disputa por el avance por lograr un poder real que permita cambios estructurales, en vez de un retroceso y la renovación del viejo régimen.
Aún hay respaldo popular y disposición para defender las reformas del gobierno, para lo cual los sectores populares se plantean un escenario de unidad, resaltando que “la movilización y la resistencia son derechos que no se negocian” [*]. Desde esta convicción lanzan una primera advertencia, pues el escenario de confrontación será “las calles en defensa de la voluntad popular y la democracia”.
La voluntad de defensa de un proyecto popular insiste en la Solución Política al Conflicto Social y Armado, “así como el desmonte del paramilitarismo como política del Estado”, dos elementos centrales y fundamentales en la posibilidad de la construcción de la paz; los cuales el Gobierno ha negado, y contrario al sentir popular, ha seguido con el intento de implementación de la vieja doctrina de seguridad y la inservible estrategia para la paz de la Desmovilización, Desarme y Reinserción (DDR).
Los pueblos mandatan, Petro tome nota y cumpla
Como lo hicieron en el 2021 con el Estallido Social y posteriormente en el 2022 cuando se logró un gobierno distinto a los del viejo régimen, esta vez en plena mitad del periodo de gobierno, el pueblo vuelve a mandatar, exigiéndole al gobierno que se acerque a las dinámicas populares y no a las élites.
Es por ello que le exigen “radicalizar la lucha de la mano del movimiento social y popular”, así como “replantear y ajustar la gobernanza para estabilizar el ejercicio de gobierno y sus instituciones para construir la confianza en la sociedad”. Estos planteamientos son el resultado del rechazo a la idea de continuidad y lavado de cara del régimen, y la inconformidad con el sostenimiento de figuras representativas de la oligarquía dentro del gobierno.
Exigencias que rechazan a la continuidad de políticas impuestas desde EEUU, que van en detrimento del sentir popular. Petro sigue teniendo la oportunidad de hacer reales cambios y recoger estas apuestas y necesidades populares. Retomar el rumbo, cumplir sus promesas y acuerdos, darle valor a su palabra y apuntar a “lograr un Acuerdo Nacional… Todo esto para transformar las desigualdades e injusticias estructurales e históricas del pueblo colombiano”.
Asesinados de la semana
Beyanid González Rojas, era un reconocido líder sindical, quien actualmente se desempeñaba como presidente del Sindicato Nacional de la Salud y la Seguridad Social SINDESS Seccional Aracataca; fue asesinado el 17 de septiembre cuando salía de su trabajo en el Hospital Luisa Santiaga Márquez Iguarán en Aracataca, Magdalena.
Luis Ordulio Ramón, era un reconocido líder social, miembro de la junta directiva de la Asociación de Cacaoteros del Municipio de Cubará (ASOCAB), de la Asociación de Junta de Acción Comunal de su vereda y de la Asociación de Agricultores de Cubará, Boyacá; fue secuestrado el pasado 12 de agosto en su finca en Cubará, Boyacá y su cuerpo apareció el 19 de septiembre en la isla del Charo, en el municipio de Saravena, Arauca.
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[*] Declaración política de la Asamblea Nacional Popular, Bogotá, 14 y 15 de septiembre de 2024.
Terminar la guerra es una necesidad para avanzar en la lucha política para ganar democracia y poder popular. La guerra es un pretexto para las élites y la represión.