LA PAZ NO AGUANTA EL INCUMPLIMIENTO

LA PAZ NO AGUANTA EL INCUMPLIMIENTO

Himelda Ascanio

Desde los territorios, comunidades, procesos y pueblos hay manifestaciones en pro del descongelamiento de la Mesa de diálogos de paz con el ELN, pero el gobierno parece reafirmarse en la lógica del incumplimiento y la imposición.

La construcción de la Paz en Colombia enfrenta al menos dos visiones; una, la de pacificación, que solo busca suavizar los síntomas o consecuencias, desarmar la insurgencia y contener las desigualdades con promesas de reformas sociales, esta visión ya ha sido utilizada y ha fracasado; la otra es la solución política al conflicto, que pone la mirada en las causas, en la solución a los problemas que ocasionan el conflicto que no solo es armado, también es social, político, económico y ambiental, y pone como principal protagonista a la sociedad para forjar las soluciones;  a esta segunda visión es a la que el ELN le apuesta y la que firmó en el Acuerdo de México, que asumida por la gente, se plasmó en el Acuerdo 28, del 25 mayo de 2024, “Sobre el desarrollo del proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz”, que dice:

“Para iniciar este camino de búsqueda de voces, acciones, saberes y métodos, se conformó el Comité Nacional de Participación – CNP, un espacio que desde una lógica colectiva diseñó e impulsó la realización de 78 pre-encuentros y encuentros de orden nacional y regional, con la participación de 8.565 representantes de organizaciones sociales de 30 sectores; así como 3.217 organizaciones en todas las regiones del país, 19 cárceles y la diáspora en 14 países de América Latina, Norteamérica y Europa. El resultado de este proceso es un Diseño de Participación, un Plan Nacional y unas recomendaciones. El conjunto de documentos estará a disposición de la sociedad para su consulta y han sido la base para la elaboración de este Acuerdo”.

“Prometen mientras lo meten”

Lastimosamente, todas estas iniciativas, caminos y acuerdos, terminan estrellándose contra el muro del incumplimiento, cementado con arrogancia. Las organizaciones, movimientos y comunidades conocen bien esta lógica porque la han vivido y la viven aún. Ante una movilización, manifestación, reclamación de derechos o denuncias, el gobierno envía a sus funcionarios y se instalan mesas de negociación, en las que los enviados prometen y acuerdan, siempre con la condición de terminar inmediatamente la movilización. Con la gente desmovilizada, los acuerdos no se cumplen; es una lógica: prometer para disolver, disolver para incumplir… que el refrán popular resume en que “Prometen mientras lo meten y después dejan de prometer”.

Esa misma lógica ha querido aplicar el gobierno en la Mesa de Diálogos de Paz con el ELN. A pesar de los protocolos, los garantes y acompañantes; con todo, y las expresiones de voluntad de paz, el gobierno elige, o lo obligan, a que desconozca e incumpla. Lógicamente, en un proceso serio como este, entre partes contendientes con unas reglas pactadas, esto no tiene ninguna presentación.

Todos queremos la paz

Varios procesos, organizaciones y personalidades se han manifestado para que se descongele la Mesa de Diálogos, también comunidades y territorios anhelan la posibilidad de participar en un proceso de construcción con transformaciones sociales y políticas de fondo.

Agradecemos a las personas y expresiones que han manifestado su apoyo al proceso de diálogo, es también la voluntad expresada y condensada en el proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz. Es muy importante que con las expresiones artísticas y culturales este impulso continúe y se fortalezca.

Cabe aclarar que el ELN no se ha levantado de la Mesa, por el contrario, el Sexto Congreso del ELN ratificó el mandato dado a la Delegación de Diálogos para continuar y hacer los esfuerzos posibles por concretar y desarrollar la Agenda. Estamos en la espera de que el gobierno decida cumplir para así continuar. En tal sentido, las exigencias deben ser para quien incumple y con sus acciones trae crisis al proceso de paz.

Como ya se ha dicho públicamente, en tanto el gobierno cumpla al menos uno, y eso que son varios, de los acuerdos que ha incumplido, el ELN estaría presto a orientar a su delegación para reunirse y discutir la realidad del proceso, incluyendo el Cese al Fuego. Hasta el momento, con todo y las manifestaciones de voluntad de paz por parte del ELN como el cese unilateral de acciones ofensivas, el gobierno parece ratificarse en su lógica de incumplir.

Más grave aún, es que incluso con estos llamados y expresiones en función de un descongelamiento de la mesa, las respuestas del gobierno son expresiones que dan el proceso por terminado, agonizante o muerto. Expresiones que las empresas de comunicación del régimen hacen eco, imponiendo la idea de una Mesa acabada y negando su responsabilidad.

Asesinados de la semana

El 4 de septiembre en Soledad, Atlántico, hombres armados entraron a una vivienda en un barrio de invasión disparando indiscriminadamente; fueron asesinados Neber Hernández Sierra, de 39 años y Kevin de Jesús Lora Camargo, además quedó gravemente herido el señor Rafael Tovar Céspedes, de 38 años, quien posteriormente falleció.

El 8 de septiembre en la vereda La Sagrada Familia, zona rural del municipio de López de Micay, Cauca, límites con Buenaventura; perpetraron una masacre que dejo 12 víctimas fatales (5 mujeres y 7 hombres).

Jermín Luis Padilla Valdez, era un reconocido líder cultural, guía etnoturístico y cantante de rap; fue asesinado con arma blanca el 9 de septiembre, en una calle del corregimiento de San Pablo mientras se encontraba departiendo con amigos.

El 12 de septiembre, tres personas fueron encontradas asesinadas y enterradas en la vereda Bellavista en zona rural del municipio de Ciénaga de Oro.

El 14 de septiembre, tres personas, entre ellos un menor de edad, fueron asesinados a la altura del colegio Santo Ángel en la urbanización Bellavista de la ciudad de Cúcuta; las víctimas fueron identificadas como Miguel Osorio Chacin, ganadero venezolano, su hijo de 14 años Luis Guillermo Osorio y su escolta Ulises José Gélvez.

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