LA SUFRIDA BUENAVENTURA Y EL RÉGIMEN DESALMADO
Omaira Sáchica
El régimen de capitalismo mafioso hace metástasis en el principal puerto colombiano, donde la simbiosis entre Fuerzas Armadas (FFAA) y narcoparamilitares inunda de corrupción y asesinatos a una ciudad con mayoría de población afro, en un repudiable caso de violencia racista.
En el occidente colombiano en el departamento del Valle del Cauca a 115 kilómetros de Cali se encuentra Buenaventura, a orillas del Océano Pacífico, es el principal puerto marítimo del país, con 500.000 habitantes de los que el 90 por ciento son afrodescendientes.
Buenaventura es la puerta de Colombia hacia el Pacífico y posee una gran riqueza en términos de biodiversidad, ecosistemas endémicos y diversidad cultural; pero la tienen sometida a la miseria, el 81 por ciento de su población vive en condiciones de pobreza y el 44 por ciento en condiciones de miseria, y el desempleo en 2020 llegó al 21 por ciento [1].
Deudas históricas del Estado
Las carencias históricas que los bonaverenses han venido enfrentando sin que el Estado desarrolle una política integral, que vaya más allá de implementar acciones puntuales como los regímenes de subsidios, sino una política integral acorde a la importancia que tiene Buenaventura en el desarrollo del país, y que permita a su población tener una verdadera calidad de vida.
Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), mientras el Índice de Pobreza Multidimensional a nivel nacional es de 49 por ciento en Buenaventura es de 66 por ciento [2], se calcula que el 64 por ciento de la población urbana y el 91 por ciento de la rural son considerados pobres.
Buenaventura no tiene un hospital de tercer nivel, el más importante es el Hospital Luis Ablanque de La Plata el cual no tiene la capacidad para atender a toda la población, quizás lo más completo que tiene en materia de salud es la Clínica Santa Sofía del Pacífico que es privada, pero aun así no alcanza a cubrir las necesidades de la población; por tal razón los pacientes de gravedad deben ser trasladados a Cali y muchos de ellos literalmente mueren en el camino.
El atraso en servicios públicos que sufre Buenaventura es horroroso, su población prácticamente no tiene agua potable el agua llega de forma intermitente, el alcantarillado tiene una cobertura del 60 por ciento, el acueducto urbano tiene una cobertura del 76 por ciento con una continuidad de 9,8 horas cada dos días.
Los narcoparamilitares nunca se fueron
A principios de la década del 2000 el Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) inició su incursión en la zona rural y urbana de Buenaventura, tomando como modalidad de violencia más frecuente las masacres y los asesinatos selectivos; el ex Jefe paramilitar Éver Veloza García, alias ‘HH’, confesó en versión libre ante la Unidad Nacional de Justicia y Paz que, “los paramilitares fueron responsables de la muerte de más de 1.000 personas entre los años 2000 y 2001 en la zona” [3].
Actualmente los paramilitares que hacen presencia en Buenaventura a través de bandas y que trabajan en contubernio con las FFAA, están disputando el control territorial para manejar la exportación de cocaína; hay que recordar que el 80 por ciento de la droga que llega a Estados Unidos la envían por el Pacífico.
La reciente ola de violencia desatada en Buenaventura ha traído de nuevo una emergencia humanitaria tras el retorno de las “casas de pique”, los desplazamientos, las desapariciones forzadas y los asesinatos selectivos; desde luego esto está enmarcado dentro de la estrategia estatal que de cara a una nueva contienda electoral a través de sus narcoparamilitares siembran miedo para vender seguridad; desde luego la respuesta del Gobierno ha sido la misma de siempre, militarizar más.
Sin embargo, los bonaverenses no se rinden ante la ola de violencia, en un hecho sin precedentes el 10 de febrero realizaron una manifestación en Buenaventura para rechazar los actos de violencia con una cadena humana de 21 kilómetros de largo, además de la exigencia de cambios sociales y políticos que le permitan un desarrollo sustentable y sostenible a la región.
La desigualdad imperante en Buenaventura es problema de toda la sociedad colombiana y, no desaparecerá mientras no se produzcan los cambios estructurales que necesita el país, desde luego estos cambios no vendrán solos, necesitamos de la unidad popular y la lucha social.
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[1] Tasa de desempleo en Colombia en 2020 fue de 15,9 por ciento: DANE. El País, 29-01-2021.
[2] Indicadores de Pobreza por Departamentos y ciudades. DANE, 2-02-2021.
[3] Buenaventura, un territorio lleno de contrastes. Comisión de la Verdad, 16-09-2019.