EL ACUERDO NACIONAL DEL GOBIERNO ES UN ACUERDO DE ÉLITES

EL ACUERDO NACIONAL DEL GOBIERNO ES UN ACUERDO DE ÉLITES

Sergio Torres

Las dudas que existían sobre la posición del Gobierno Petro frente al régimen colombiano parecen irse aclarando. La idea del cambio es cada vez más difusa y en su lugar el remozamiento del régimen cobra intensidad; al menos esto quedó claro con lo expuesto por Juan Fernando Cristo.

En el foro llamado: “Hacia la Construcción del Acuerdo Nacional”, organizado por la Revista Cambio, participaron varios personajes de la política y el periodismo en Colombia. Como representante del Gobierno estuvo el ministro del interior, Juan Fernando Cristo, quien hizo una exposición del tipo de “Acuerdo” que están proyectando, su tarea dentro del Gabinete y algunas posiciones frente a políticas del Gobierno.

Cristo dejó muy claro que su tarea desde este Ministerio es la de pactar y concertar, de nuevo, con los sectores políticos tradicionales; aunque dijo que no se trataba de un Acuerdo para aprobar las reformas que el Gobierno no ha logrado promulgar, mencionó la idea de una “alternancia democrática” en el Gobierno colombiano; esto es, turnarse entre maquinarias el poder del ejecutivo; es decir, una especie de nuevo Frente Nacional.

Un Acuerdo con agenda santista

El expositor del Gobierno fue insistente en que no se trata de un Gran Acuerdo Nacional: “no se trata de un ‘gran’ Acuerdo, sino de un acuerdo nacional realista y alcanzable”, y expuso los pilares de su proyecto en el que todo se reduce a temas legislativos y la promesa de cumplimiento de propuestas ya hechas en los gobiernos de Santos, básicamente, implementar reformas sociales, económicas y territoriales, sumado a lo que llamó “alternancia democrática” y el cumplimiento del Acuerdo de La Habana.

Este planteamiento toma mucha distancia del Mandato Popular por los Cambios y de lo acordado por el mismo Gobierno en el Acuerdo de México, que es la Agenda de la Mesa de Diálogos con el ELN y que en su preámbulo dice: “desde esta perspectiva, como núcleo de una visión conjunta de lo que debe ser la paz, las Partes de este proceso identificamos la necesidad de un Gran Acuerdo Nacional mediante la alianza de fuerzas, movimientos y organizaciones políticas, económicas, sociales, medios de comunicación, y distintos grupos y expresiones populares que deben empujar los cambios que requiere la sociedad colombiana”.

Según este funcionario, el objetivo central del acuerdo nacional debe ser acabar con la violencia en el país, minimizando el conflicto histórico y las múltiples violencias, pues no menciona en ningún momento la eliminación de las desigualdades que son la causa del conflicto social, político, económico y armado.

La paz, según lo expresado por el representante del Gobierno en este foro, sigue reduciéndose a la vieja y fracasada fórmula de la Desmovilización, Desarme y Reinserción (DDR) de la insurgencia. Con el cinismo de utilizar como ejemplo el Acuerdo de La Habana, la idea de este “Acuerdo Nacional” parece ser: todos y todas obedecemos, las élites se turnan el gobierno y el Estado promete cumplir sus obligaciones.

La esperanza del cambio

La exposición de Cristo, a nombre del gobierno, es la confirmación de las señales que desde hace meses se venían planteando (para otros desde la misma campaña de Petro), en las que se veían las tonalidades santistas en los planteamientos del gobierno, ratificados con nombramientos como los del canciller Murillo y el propio Ministerio del Interior que siempre ha estado a cargo de representantes de Santos.

Es también la mayor toma de distancia y un portazo lamentable a las agendas y acuerdos para la construcción de los cambios profundos que permitan la paz en Colombia. Lo expresado en dicho foro es el abandono del Gobierno de Petro a la construcción de una propuesta de solución política y de Paz con transformaciones.

Con todo y ello, no puede perderse la esperanza, ni las apuestas de transformación, mismas que lograron el triunfo del actual Gobierno. Habrá que seguir recogiendo y fortaleciendo escenarios como el planteado en el Acuerdo número 28, Acuerdo sobre el desarrollo del proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz, que plantea: “Construir una Agenda de transformaciones para la paz, impulsada a partir de una alianza social y política que conlleve a un Gran Acuerdo Nacional para la superación del conflicto político, social, económico y armado”.

Si el Gobierno abandonó la idea del Cambio, el pueblo y todas las expresiones de la sociedad, debemos seguir impulsando el debate sobre el régimen político, la doctrina de seguridad, el modelo económico, la educación y la cultura. La Paz se construye con debate y trasformaciones sobre esos ejes, no con maquillaje y remozamiento del régimen.

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