8M: ‘ME IMPACTÓ HACER LABORES COMUNITARIAS’

8M: ‘ME IMPACTÓ HACER LABORES COMUNITARIAS’

Paula Yuri

Al principio le tenía miedo a la guerrilla, porque se escuchaban y decían muchas cosas feas, que eran gente mala, que robaba, violaba, se llevaba a los jóvenes, en fin, una cantidad de cosas horribles, que uno no sabía si eran verdad o no, pero generaban temor.

Yo nunca los había visto ni conocido, en mi familia comentaban de la guerrilla, pero en verdad que no los conocíamos. Hubo un momento en que todo se empezó a poner más difícil, nosotros vivíamos bien, no éramos ricos, pero no teníamos dificultades, pudimos estudiar e incluso mi hermana mayor siguió estudiando para ser profesional. En ese momento en que todo se empezó a poner como mal, comenzó también a haber más delincuencia y la vida se puso más tensa.

Por esos días recuerdo que llegaron unos muchachos y muchachas, empezaron a vivir ahí en el pueblo con la gente. Yo no les paré muchas bolas, una seguía en las labores normales de trabajo; ellos hablaban con la gente, incluso a veces con papá y mamá de manera muy normal, luego, empezaron a hacerse unas reuniones con la comunidad, eso la verdad es que rarísima vez se hacía, porque la gente ahí, aunque se llevaban bien, no eran muy organizados, pero entonces empezaron a reunirse para organizarse.

Una vez mi papá se fue para que para una reunión y me pidió que le llevara algo, yo no sabía que estaban haciendo, era muy despistada y no le paraba bolas a nada, el caso es que cuando llegué estaban los muchachos y muchachas y la gente de la comunidad trabajando y arreglando el acueducto y otras cosas; yo me sorprendí porque no sabía nada y menos que ellos y ellas estaban ahí, empecé a reflexionar que una no se involucraba, a partir de ahí empecé a preguntarle a papá y a decirle que yo quería ayudar en esas cosas. La sorpresa fue cuando me contó que esas muchachas y muchachos eran del Ejército de Liberación Nacional (ELN), mejor dicho, eran la guerrilla.

Cuando empiezo a conocer y ver que el ELN no eran nada de lo que habían dicho, sino todo lo contrario, pues empecé también a preguntar más cosas. Además, empezaron a ayudar para acabar con esa delincuencia que se estaba iniciando, para que los niños y jóvenes fueran al colegio, y sobre todo algo que me impactó mucho, es que la gente se organizara y empezara a hacer labores conjuntas, como mingas, mejor dicho, se organizara.

Ya después de conocerlos, empezamos a tener una buena relación, yo me empecé a interesar, empecé a tratar de conocer y aprender; hasta que me fui relacionando y decidí probar la vida guerrillera. También descubrí que se dicen muchas mentiras y cuentos, como que la vida en el ELN es estar en el monte todo el tiempo y obedeciendo ordenes, pero la verdad es que aquí hay muchas más posibilidades y formas de trabajar, pues obvio que hay disciplina, pero también hay formación, crecimiento como persona y como revolucionaria. Ahí vamos, con toda la fuerza para seguir creciendo en esta lucha por justicia y equidad.

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