8M: ‘SOMOS EL CORAZÓN DE LA REVOLUCIÓN’

Georgina Soto

Dada la orfandad estatal que reina en la Colombia profunda, la insurgencia ha copado estas funciones de estado y se ha convertido en la tabla de salvación de estas comunidades, que encuentran en la guerrilla una opción integral de vida que tiene como eje el bienestar colectivo.

Vengo de una familia muy pobre, mi vida era muy dura, me tocó trabajar con mi mamá desde muy niña, ya que nunca tuve apoyo de mi padre, desde los 8 hasta los 15 años trabajé en muchas cosas, sobre todo en el campo.

Tuve buenos ejemplos de mis tías y especialmente de mi madre, porque estando sola me sacó adelante a mí y a mis hermanos, ella siempre va ser mi ejemplo a seguir.

Yo era una joven que no sabía nada sobre ELN, hasta que llegaron al territorio donde vivía. Cuando llegó la guerrilla, las personas tenían un pensamiento diferente sobre ellos, que a mí me llenaba de curiosidad, me decían cosas malas de la guerrilla, pero para mí no era así; yo quería saber en realidad cómo era eso, quería comprobar si las personas se equivocaban en lo que me decían.

Me incorporé al ELN a la edad de 16 años, ahí vi que era diferente, me alegró mucho porque miré que luchan por el pueblo, contra el imperialismo, contra el capitalismo, por una igualdad social.

Claro, me dolió dejar a mi madre, pero ella me dijo sigue adelante, ya que tú eres mi hija no quisiera que te fueras de mi lado, pero es tu decisión, ya que tú eres una mujer muy valiente y que nunca dejarás de ser a así, desde ese momento me he cumplido a mí misma, de que nunca voy a dejar de luchar por mi familia y por mi pueblo.

Al principio me costó aprender, me sentía apenada pero agradezco mucho al ELN de haberme apoyado para ser una mujer nueva, mi proyecto de vida ha sido una buena enseñanza para mí, he tenido mis errores como cualquier ser humano, pero de esos errores he aprendido, ya que los valores me los han inculcado desde mi familia.

Ahora tengo responsabilidades y metas que cumplir dentro de la guerrilla, por eso les digo a mis compañeras, a todas esas mujeres luchadoras que sigan adelante, que nunca dejen de pelear por lo que es justo, somos mujeres valientes, somos el corazón de la revolución. Porque nunca hay que dar ni un paso atrás liberación o muerte.