LA PACIFICACIÓN SOSTIENE EL GENOCIDIO SOCIAL

LA PACIFICACIÓN SOSTIENE EL GENOCIDIO SOCIAL

Himelda Ascanio

El Gobierno del presidente Petro parece haberse decidido por el viejo e inútil modelo de pacificación, intentado por todos los gobiernos anteriores, impuesto por los Estados Unidos sin algún resultado positivo en función de la Paz.

La llegada por primera vez de un Gobierno de corte popular, precedido de la mayor expresión de movilización y descontento social en décadas, generó y sigue generando, expectativas y esperanza en la posibilidad de avanzar en los cambios que Colombia requiere para superar la desigualdad, por ende, la histórica violencia estructural. Desde el inició el Gobierno, como era de esperarse, empezaron las arremetidas de las élites que controlan el Estado, imponiendo un régimen que resigue y elimina a quien se le opone.

Un cambio profundo no es posible ‘de la noche a la mañana’, ni en un Gobierno, a menos que este sea revolucionario, por esto, el inicio de un cambio no puede hacerse aliándose con estas élites y mafias, debe hacerse por la misma vía que se logró el Gobierno, la de la movilización y el respaldo popular.

Es difícil hacer ruptura con las mafias

Hay situaciones que no dan espera, el genocidio en curso contra líderes y lideresas sociales y políticas, es una situación de mucha gravedad, que a pesar de los múltiples diagnósticos no se ha atendido y sigue cobrando víctimas día tras día. Petro y el país sabemos quiénes están detrás de estos crímenes, de qué se alimentan y qué tantos tentáculos tienen al interior del Estado y la sociedad

Estas situaciones no pueden tratarse con connivencia. He ahí uno de los grandes problemas del actual gobierno. Seguir insistiendo en ello es seguir alejándose de la posibilidad histórica de iniciar la construcción de un país distinto, en función de las mayorías.

Petro parece empeñado en esas alianzas no tan santas. Así, entonces, nombra y sostiene en cargos importantes a personajes que abiertamente acaban con los pocos avances en materia de paz. Guerreristas solapados con agenda propia que van en contra vía de los cambios que ayudan a continuar el genocidio popular. Burócratas de la pacificación no de la paz, que realmente hacen y auspician la guerra.

La situación se vuelve más difícil cuando, en lugar de corregir, persiste por esa misma vía. Por ejemplo, acaba de nombrar como comandante de las Fuerzas Militares al Almirante más vinculado con el narcotráfico, abiertamente contrario a las lógicas de cese al fuego y relacionado con las mafias narcoparamilitares que perpetran la guerra y la violencia contra los liderazgos sociales y políticos.

Con estas decisiones y señales, difícil pensar en que haya cambios y se cumpla el mandato popular entregado al gobierno.

Asesinados esta semana

Dideison Espinosa, era un líder social, excandidato al Concejo de Briceño, Antioquia y representante ante el Concejo Municipal de juventudes; fue asesinado el 15 de julio en Cisneros, Antioquia.

Tres personas asesinadas el 15 de julio en una finca de la vereda Guayabito en el municipio de Amalfi, Antioquia.

Armando Rivero Manjarrés, era consejero departamental de cultura de Sucre, comunicador radial, integrante del comité del Festival Nacional de Gaitas de Ovejas, Sucre, rector y docente de la Institución Educativa Gavaldá de Guaranda; fue asesinado el 17 de julio en Sampués, Sucre.

El 17 de julio dos hombres y una mujer fueron asesinados en la vereda La Albania en jurisdicción del municipio de Titiribí, Antioquia; dos de ellos fueron identificados como José Fernando Velásquez Molina de 59 años y Aída Marcela Echavarría de 42 años.

Rubén Antonio Jaramillo, líder fundador y defensor de los Derechos Humanos de la Red de Organizaciones Sociales y Campesinas del Norte de Antioquia; fue asesinado el 20 de julio en la vereda Caunzal Alto, ubicada en el corregimiento Rioverde de los Montes en el municipio de Sonsón.

El 21 de julio tres personas fueron asesinadas en el barrio La Granja, ubicado en la cabecera municipal de Cocorná, Antioquia; dos de las víctimas fueron identificadas como Juan Lisandro Agudelo Agudelo y Joan Sebastián Castaño Mejía.

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