EL RÉGIMEN INSTRUMENTALIZA LA POBREZA

EL RÉGIMEN INSTRUMENTALIZA LA POBREZA

Damaris Izaguirre

La disminución de la pobreza y una sociedad más equitativa, tradicionalmente han sido anhelos instrumentalizados por los políticos para llegar a cargos de elección popular; pero, una vez son elegidos sus promesas se disipan como humo, ¿pasará lo mismo con este Gobierno?

En Colombia ha existido una gran pobreza y desigualdad social y regional, que contrastan con los privilegios que tienen una élite criolla, que vive en medio de lujos y riqueza, a cuya sombra parasitan los partidos tradicionales expertos en explotar las ilusiones de Los Nadie y ser serviles a los intereses del viejo régimen.

Durante la pasada campaña electoral, Petro prometió ‘lo divino y lo humano’ sobre cambios sociales, equidad social, mitigación del hambre, exterminio de la corrupción, entre otros; eso sí, jamás planteó cambiar el modelo económico, remover privilegios de los emporios capitalistas, ni romper con el viejo régimen; sus promesas se han quedado en micro reformas paliativas y en pequeños subsidios, es un cambio aparente para que todo siga igual.

Una cosa dice el establecimiento respecto a la disminución a la pobreza, pero la realidad en las calles es otra, en las cifras el Gobierno muestra orondo que la pobreza y la inflación bajaron, pero esto es una gran falacia. Las estadísticas de pobreza disminuyen porque incrementaron la deuda pública para dar unos pesitos más de subsidios, pero no han invertido en procesos estructurales que combatan la raíz de la pobreza, como lo es cambiar el modelo económico, la falta de empleo y las multimillonarias concesiones a los megarricos; mientras estos cambios no ocurran la publicitada mitigación de la pobreza, no será más que fantasía, un sueño efímero que te hace feliz pero que se disipa rápido.

El Gobierno debería empezar a preocuparse por los cerca de 12 millones de colombianos que ganan menos de un salario mínimo y que viven del rebusque, es inadmisible que la élite financiera se enorgullezca con estadísticas que se contradicen con la realidad, como el desempleo, la inflación, el crecimiento económico, entre otros. Resulta evidente que hubo cambio de Gobierno, pero no en las políticas del régimen de exclusión violenta, al servicio de los intereses de la clase dominante. Así que no queda otra opción que la presión social masiva y organizada, para exigirle al Gobierno que cumpla sus promesas y luche junto al pueblo por las transformaciones estructurales que necesita el país.

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