EL COSTO DE VIDA EXACERBA LA CRISIS ECONÓMICA
Chavela Villamil
Sin importar los movimientos que haga el Gobierno el incremento del costo de vida [1] continúa desaforado; lo cual deja en evidencia que estos picos alcistas son consecuencia de la política económica, por ende, mitigarlo tiene implícito un nuevo paradigma.
Los diferentes fenómenos disruptivos a nivel macroeconómico que han ocurrido en los últimos años han exacerbado la desaceleración económica global que venía gestándose décadas atrás. Si bien la inflación se ha moderado medianamente, los datos de pobreza monetaria y multifuncional siguen elevados con tendencia alcista; además, el alto costo de los productos y servicios básicos aunado al déficit de poder adquisitivo per cápita, mantienen el costo de vida elevado y con tendencia incremental.
Más allá de las medidas paliativas y en ocasiones inocuas -como el incremento de tasas de interés-, el Gobierno no ha tomado medidas estructurales que subsanen el déficit de poder adquisitivo, que en últimas es que determina que una familia promedio pueda suplir sus necesidades básicas. Además, el principal problema de nuestra economía radica en que gastamos sin medida y los egresos superan abrumadoramente los ingresos; en lo corrido del año el Producto Interno Bruto (PIB) presenta una marcada desaceleración, en el primer trimestre el crecimiento fue de 3 por ciento, en el segundo trimestre fue de 0,3 por ciento, y se proyecta que en el tercer trimestre el crecimiento será de 0,4 por ciento. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en junio registró una variación mensual de 0,32 por ciento llegando a 7,18 por ciento, por encima de la expectativa del Banco de la República (0,26 por ciento) y la del consenso de analistas (0,27 por ciento).
El costo de vida está desfasado del ingreso per cápita
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, en la última década el costo de vida en Colombia ha venido incrementándose de manera progresiva y con tendencia al alza, en la última década este incremento ha sido de 27,15 por ciento; las principales variables que elevan constantemente este indicador son el servicio de energía eléctrica, los arriendos, los combustibles, los alimentos, entre otros.
Según Expatistan en nuestro país el costo estimado mensual para que una familia de 4 personas sufrague sus gastos básicos (comida, vivienda, ropa, transporte, cuidado personal, estudio, entre otros) es de 9.099.335 pesos, en el caso de una familia unipersonal es de 3.247.280 pesos [2]. Si tenemos en cuenta que gran parte de las familias obtienen ingresos exclusivos por captación de salario y este es del orbe básico (1.300.000 pesos) y cuando más por familia (4 personas) solo trabajan dos (2.600.000), se concluye que la media de ingreso familiar ni siquiera alcanza a igualar los gastos que requiere una persona sola. A esto se debe agregar que en nuestro contexto más del 70 por ciento de los empleados no perciben salario básico, sino que devengan ingresos del empleo informal -rebusque-, por lo tanto, sus ingresos per cápita son cuando más dos tercios de salario mínimo.
Es claramente evidente que los ingresos percibidos son deficitarios en relación con los pasivos básicos, según un reciente estudio Cost of Living Index by Country, en Colombia un trabajador promedio requiere como mínimo 1,82 salarios mínimos para sufragar sus gastos básicos mensuales; según el DANE más de 10 millones de colombianos perciben mensualmente ingresos iguales o inferiores a 0,45 salarios mínimos [3]; esto no solo decrece el poder adquisitivo, sino que además hace insufragables los gastos básicos de un núcleo familiar.
Decrecer el Gasto Corriente y formalizar el empleo es la solución más viable
La reactivación y la solidez de la economía se consigue aumentando el flujo de capital circulante y la creación de nuevas plazas laborales, además es necesaria una tributación redistributiva y diferencial acorde al capital neto, esto dinamiza el poder adquisitivo per cápita aumentando la demanda, lo cual se traduce en reducción del desempleo y aumento de la capacidad de producción de las empresas.
La desaceleración económica, la Recesión Técnica declarada por el Banco de la República, la inflación, el incremento constante de la Deuda Externa, entre otros, exige una política de austeridad que permita mitigar estos fenómenos; es inaplazable un cambio de fondo en el modelo económico, que disminuya los pasivos estatales, fortalezca y desarrolle integralmente la producción nacional y equilibre la balanza comercial, disminuyendo la importación de materias primas y productos con valor agregado.
Superar la actual crisis económica y el déficit de poder adquisitivo, implica instaurar una política económica fundada en la formalización del empleo y la mejoría de las condiciones salariales, además debe generar una tributación redistributiva que permita subsidiar capas bajas de la sociedad, el sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad ni mucho menos crecimiento y productividad, por tanto, se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional, y que a su vez disminuya el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa) e incremente de manera integral el Gasto Social.
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[1] Cantidad de dinero que se requiere para cubrir los gastos básicos.
[2-3] Es muy elevado el costo de vida de una familia en Colombia. Valora Analitik, 11-07-2024.
Los servicios y los arriendos no tienen comiendo de la que sabemos…
Trabajo sin descanso y la plata no me alcanza, mientras que los congresistas, roban y nos engañan y en un mes se ganan más de lo que me gano en año. ¡que hermosura es la democracia!