OTRO CONTRATO SOCIAL IMPLICA UN CAMBIO EN EL GASTO ESTATAL
Chavela Villamil
El Paro Nacional busca el hundimiento del Contrato Social Neoliberal y la Dictadura con que lo sostienen, para abrirle el paso a un Contrato Social y una democratización que desarrolle el Estado Social de Derecho ordenado por la Constitución Política.
El Contrato Social del neoliberalismo predominante en la economía global ha generado una crisis de civilización donde el acaparamiento de capital se impone sobre la dignidad del ser humano y su calidad de vida, esto exacerbó la brecha de desigualdad a niveles insostenibles, el 65 por ciento de la riqueza está en el 1 por ciento de la población global [1].
La economía colombiana durante la última década se ha desacelerado principalmente porque el crecimiento económico es inferior a sus necesidades lo cual crea un déficit fiscal, y lo que es peor el Estado adquiere sin cesar nuevas Deudas Externas para saldar las antiguas, y poco o nada de lo producido o adquirido por préstamos se invierte en desarrollo holístico e integral.
No basta con que crezca el PIB
Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) presentó sus perspectivas de crecimiento para la economía global, para este año estima que el PIB mundial sea 5,8 por ciento; para el caso de Colombia se estima que este año el PIB crezca un 7,6 por ciento, pero se prevé que en el 2022 el crecimiento se contraiga a 3,5 por ciento [2].
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en 2020 el 57,6 por ciento de la población está en línea de pobreza (42,5 por ciento están en condición de pobreza y 15,1 por ciento están en condición de pobreza extrema), mientras el 30,4 por ciento de la población tiene una gran probabilidad de caer en la pobreza [3], lo que significa un vergonzoso empobrecimiento y exclusión de casi el 90 por ciento de la sociedad colombiana.
Los pronósticos de crecimiento económico de la Ocde contrastan con el incremento de los indicadores de desigualdad social; la balanza de desarrollo teóricamente plantea que a mayor crecimiento económico debería haber menos pobreza, pero el Contrato Social Neoliberal produce una creciente desigualdad social y una extrema depredación del planeta, por esto en Colombia el crecimiento económico es directamente proporcional a la pobreza, entre más dinero produce el país mayor es la pobreza.
Un Estado delincuente, corrupto y derrochador
Los ingresos por tributación están a razón del 49 por ciento del Presupuesto General de la Nación (PGN), mientras que los recursos de crédito son del orden del 42 por ciento del PGN, es decir, el 86 por ciento de lo recaudado a través de impuestos se destina a pagar deudas, en términos concretos por cada 10.000 mil pesos que pagamos los colombianos de impuestos el Estado se gasta 8.600 Pesos.
Los gastos de funcionamiento del Gobierno representan el 58,9 por ciento del PGN y el pago de la Deuda Externa representa el 22,5 por ciento del PGN, por tanto queda un reducido 18,6 por ciento que se destina a la inversión social y la infraestructura.
Otro gasto que incrementa el déficit fiscal es la actuación delincuencial de los entes estatales, esto da lugar a millonarias demandas que deben ser cubiertas por el erario, solo en 2020 el Estado pagó 1,89 Billones de Pesos a las víctimas del Estado [4].
Invertir en mejorar integralmente la productividad
La salida para la actual crisis económica y esquivar una futura desaceleración económica del país no depende exclusivamente de subsanar los efectos socioeconómicos del Covid-19 y del Paro Nacional; por el contrario, la verdadera amenaza de nuestra economía es subyacente y está relacionada con el gasto desmedido y suntuario y la excesiva burocratización del Estado, en especial las Ramas Ejecutiva y Legislativa.
En términos económicos el país no necesita una Reforma Tributaria sino una Reforma Fiscal, donde fundamentalmente se apele a los impuestos directos de las personas naturales y jurídicas con mayor poder adquisitivo y patrimonial, a la vez que se congele la tributación de las capas medias y bajas; además se debe reducir gradualmente la dependencia del crédito, bajar el servicio de la deuda y destinar estos recursos a la inversión social y a la infraestructura.
En otras palabras, salir de la crisis implica reformas estructurales al fisco, la tributación y el sistema productivo, el sistema actual no generan ni inclusión social, ni sostenibilidad ambiental, ni mucho menos desarrollo y productividad; es decir, la dinamización de la economía requiere de un cambio estructural en la política económica, un modelo económico que tenga como base el aumento del poder adquisitivo per cápita, el desarrollo integral, el fortalecimiento del sistema productivo nacional y la disminución de la brecha de desigualdad y pobreza.
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[1] El 45 por ciento de la riqueza mundial está en manos del 1 por ciento más rico del planeta. Forbes, 22-10-2020.
[2] Ocde aumenta las perspectivas de crecimiento del PIB global a 5,8 por ciento para 2021. Forbes, 1-06-2021.
[3] Colombia: 72,7 por ciento entre pobres y vulnerables. Portafolio, 2-06-2021.
[4] Durante el año pasado, las demandas de víctimas del Estado llegaron a un monto de 1,89 billones de pesos. La República, 23-03-2021.
No es una crisis, es el sistema mismo. Este sistema corrupto y anacrónico no cambiará, este es resiliente, fue diseñado para perdurar, para recuperarse después del fuego tal como el fenuix; erradamente hay quienes piensan que “votando bien” en las próximas elecciones esto se solucionara ¿pero qué mas se puede esperar de un pueblo sin memoria y analfabeta políticamente hablando?
Para nadie es un secreto que las pasadas elecciones se las robaron a Gustavo Petro de frente. El sistema electoral colombiano es de los más corruptos del mundo, igual nada más se podría esperar de esta canallada, de la herramienta con la que disfrazan la dictadura narcofascista.
Las próximas elecciones no serán la excepción. y ahora bien… Digamos que el caudillo progresista que desesperadamente este pueblo cansado de tanta porquería ve como el salvador (Gustavo Petro) quedara de presidente…. ¿Cuanto tiempo podría gobernar sin que le den un golpe de estado? ¿que sanciones y bloqueos económicos serían aplicados a Colombia por el simple echo de tener una bandera política que ponga en jaque los intereses económicos de la lumpenburguesia criolla y del imperio que no soltara la gallinita de los huevos de oro llamada Polombia?
La lucha debe seguir, esto hasta ahora comienza, Dios guarde a todos los que se están parando más duro que nunca por un mejor país, por borrar el legado del uribismo.
Todo el poder para el pueblo.
Y que todo arda, hasta que la dignidad no nos parezca una utopía; hasta que dejen de morirse los indígenas por desnutrición, hasta que el campesino tenga tierra, hasta que el obrero tenga un techo digno y educación para sus hijos.