¡SOS!, EL FRACKING LO DESTRUYE TODO
Omaira Sáchica
Aunque a nivel mundial diferentes científicos han demostrado que el fracking es altamente dañino para el medioambiente, las multinacionales de los hidrocarburos insisten en su aplicación porque para ellos los negocios y las grandes ganancias están por encima de la vida.
El Fracturamiento Hidráulico (Fracking) es una técnica de extracción de hidrocarburos en Yacimientos No Convencionales (YNC) [1], que consiste en inyectar a alta presión enormes volúmenes de agua mezclada con arena y otros productos químicos, para fracturar las rocas y poder extraer petróleo y gas. El compuesto químico inyectado a la fractura rocosa es una mezcla altamente tóxica, el 25 por ciento de estos químicos no retornan a la superficie y por gradiente gravitacional contaminan los canales freáticos subterráneos, además contaminan la tierra y por efecto de sublimación, el 15 por ciento se transforma en gas metano y va a la atmósfera como Gases de Efecto Invernadero (GEI), incrementando fuertemente la huella de carbono y agravando el Calentamiento Global (CG).
Priman el principio de precaución y el derecho a la vida
Los impactos innegables del capitalismo, que basa su productividad en la sobreindustrialización, el consumo excesivo y la expoliación desmedida de los bienes naturales, ha exacerbado y acelerado los impactos del Cambio Climático sobre el medioambiente y la sociedad; esto ha llevado a que en las últimas décadas se hable de la abolición del uso de los combustibles fósiles, en este contexto se ha suscitado un debate sobre lo inadecuado y riesgoso que es para la vida y el planeta el uso del fracking.
Hace décadas viene creciendo una tendencia global a anteponer la protección del medioambiente y la salud pública frente a la continuidad del fracking; esto ha llevado a que varias ciudades y países basados en el principio de precaución prohíban el fracking, dentro de ellos: Francia, Bulgaria, Alemania con algunas limitaciones, en Irlanda, Escocia y Uruguay; y en algunos Estados federales y provincias como los Estados de Vermont, Nueva York y Maryland en los Estados Unidos; la provincia de New Brunswick en Canadá́ y la Provincia de Entre Ríos en Argentina. Esta técnica fue declarada en moratoria en el Estado de Paraná́ en Brasil, en el Estado de Victoria en Australia y en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha en España [2].
En nuestro país, en 2018 el Consejo de Estado amparado en el Principio Constitucional de Precaución y sobre la base científica del impacto negativo que trae el Fracking sobre el ambiente y la salud, decretó Medidas Cautelares y suspendió cualquier actividad de explotación o exploración de hidrocarburos bajo el método de Fracking [3]; sin embargo, quedó una pequeña ventana de oportunidad para las multinacionales de los hidrocarburos, ya que este Consejo permitió la realización de los PPII (Proyectos Piloto de Investigación Integral) para “evaluar la viabilidad de la aplicación” del Fracking en nuestro país.
El 28 de marzo de 2022, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), aprobó uno de los dos Proyectos piloto de Fracking que estaba analizando, en la Resolución 0648 de 2022 autoriza la puesta en marcha del Proyecto Kalé, ubicado en Puerto Wilches, Santander, la zona autorizada tendrá 4,67 hectáreas y la actividad de fracturación será a 1,2 kilómetros de profundidad; según Ecopetrol el PPII Kalé tendrá una inversión de 76 millones de Dólares y consta de una plataforma que incluye la perforación de un pozo horizontal, un pozo inyector y un pozo caracterizador de acuíferos profundos [3].
Pese al cambio de Gobierno estas autorizaciones de la Anla siguen vigentes y no han sido suspendidas o derogadas, lo cual resulta contradictorio para un Gobierno que promueve la transición energética y plantea suspender definitivamente la explotación de petróleo. Por si fuera poco, en la última sesión de esta legislatura del Congreso, el régimen mediante sus esbirros políticos -Congresistas leales al viejo régimen y las multinacionales-; en esta ocasión a través de una leguleyada promovida por Jaime Enrique Duran Barrera, Presidente de la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, logró que se archivará un proyecto de ley que buscaba la prohibición total y definitiva del fracking.
El futuro es acabar la explotación y el uso de los combustibles fósiles
El Desarrollo Sostenible es una mentira utilizada por los Estados y las multinacionales para justificar la expoliación de recursos naturales, bajo un modelo de acumulación de riquezas que durante años ha mostrado el desprecio por la vida y el medioambiente.
Están ampliamente documentados los daños que las energías fósiles ocasionan en el ambiente y la incidencia en el cambio climático; por consiguiente, los Gobiernos deben ser conscientes y acabar paulatinamente la utilización de la energía fósil, e iniciar sin demora el desarrollo de energías alternativas benévolas con el planeta.
Esta transición energética no la van a iniciar los Gobiernos que legislan a favor de las multinacionales que engordan con el extractivismo; por lo tanto, el cambio solo será posible cuando la sociedad se una y luche por cambios sociales y políticos que mejoren su calidad de vida y sean proteccionistas de la Madre Tierra.
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[1] Son aquellos que se extraen directamente de la roca de grano fino (arcillolitas y shales), en donde se genera el hidrocarburo (‘rocas productoras’).
[2] La prohibición del fracking en Colombia como un asunto de política pública. Heinrich Böll Stitftung, Bogotá, 2018.
[3] Decreto 3004 de 2013 y Resolución 90341 de 2014. Consejo de Estado.