EL COMERCIO LLEVA 17 MESES CAYENDO EN PICADA

EL COMERCIO LLEVA 17 MESES CAYENDO EN PICADA

Chavela Villamil

El periodo de desaceleración que atraviesa nuestro Producto Interno Bruto (PIB), aunado al decremento comercial prolongado y sostenido, dan cuenta de la recesión que atraviesa el país y nos conmina a hace un viraje en la política económica y fiscal.

El sostenido decrecimiento de la productividad y el desarrollo tiene impacto directo sobre el costo de vida, aunado al alto índice de desempleo y proliferación del empleo informal, y la inflación que cede muy lentamente, nos deja en un alto riesgo de caer en un periodo de estanflación. Según el DANE a nivel nacional la Pobreza Monetaria oscila en 39,2 por ciento y la Pobreza Extrema está en 13,8 por ciento; índices que acentúan la crisis económica y desde luego detrimentan el desarrollo integral del país, dejando los indicadores en 19,3 millones de habitantes en la pobreza y 6,9 millones en pobreza extrema.

El comercio continúa desacelerándose

Según el más reciente estudio de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (FENALCO), el 81 por ciento de los comerciantes asegura que durante el primer semestre de este año sus ventas fueron inferiores o iguales a las que registraron hace un año, el 50 por ciento reportó ventas similares y el 31 por ciento por debajo de lo logrado; el macro análisis de este estudio refleja que el sector comercial con corte a mayo, completa 17 meses de desaceleración y sus productividad en saldos negativos.

Gran parte de la improductividad del sector comercial es la política de altas tasas de interés (TI) que ha implantado el Banco de la República; el incremento de la TI inició en abril de 2022 cuando la inflación era de 9,23 por ciento, teniendo su pico más alto en septiembre de 2023 cuando la TI llegó a 13,25 por ciento confrontada a una inflación de 11,40 por ciento; actualmente el índice de inflación oscila en 7,16 por ciento y la TI asciende a 12,75 por ciento.

Incrementar tasas de interés es una medida inocua y ocasiona el efecto contrario, ya que genera una pérdida de poder adquisitivo que es la responsable de la paulatina caída de la inflación por el desplome de la demanda; además esto incrementa a Tasa de Usura y por ende incrementa el costo de los intereses de los créditos, en especial los créditos de consumo; cabe agregar, que dos tercios de la población cubren sus gastos básicos a través de créditos de consumo, por lo tanto una TI alta beneficia a la Banca pero desacelera el mercado interno e incrementa el déficit de costo de vida, pauperizando las condiciones de vida e incrementando la pobreza multidimensional y monetaria.

La solución es cambiar los paradigmas económicos y fiscales

El problema de nuestra economía en sí no es de orden financiero sino de política económica, toda vez que el Gobierno sostiene una política que le da prelación al Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa -DE-), en vez de decrementarlo, además rige sus políticas de desarrollo económico por el Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), que erróneamente plantea que el crecimiento y favorecimiento tributario de las grandes empresas y emporios, es beneficioso para la economía nacional, bajo el supuesto de que si estas empresas aumentan su riqueza, esta supuestamente “se derramaría por goteo hacia las capas medias y bajas de la sociedad”.

Los hechos refutan esta teoría neoliberal, toda vez que las encomías que se rigen por la TDE, no han incrementado el empleo ni mejorara el poder adquisitivo per cápita, ni mucho menos han superado el déficit de costo de vida o han logrado minimizar la brecha de desigualdad social; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan el oligopolio económico se solidifica y se pauperizan las capas sociales medias y bajas.

El Gobierno debería decretar un periodo de austeridad acorde con el momento financiero, esto implica suprimir gastos innecesarios y decrecer el Gasto Corriente, dándole gran importancia a romper la lógica antifinanciera de priorizar el pago de la DE que consume más de 50 por ciento del PIB.

Salir de la crisis económica y laboral tienen implícitos cambios estructurales y radicales en los paradigmas económico, financiero, fiscal y tributario; por lo tanto, se hace necesario e inaplazable un cambio estructural en el modelo económico, que conlleva un tributación que abandone la recaudación por volumen y se centre en la recaudación por capacidad de capital, -entre más dinero y capital, mayor tributación-, además, se debe disminuir el Gasto Corriente y los excedentes netos invertirlos en la atención del déficit de gasto social (Deuda Social), a la vez que se implementa una política que formalice el empleo y genere solidez laboral e incremente el poder adquisitivo per cápita.

___

[1] Las ventas en los comercios completan 17 meses consecutivos de caída. Valora Analitik, 17-06-2024.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *