Damaris Izaguirre

En la década del 60 la persecución política y la pobreza campeaban por todo el territorio nacional, situación sufrida por la mayoría de la población que dio origen al levantamiento armado, 60 años después este continúa vigente porque las causas que le dieron origen persisten y se agudizan.

En la década del 60 los aromas insurgentes venían desde Cuba y se mezclaban con una sociedad que mayoritariamente se sumía en la pobreza, mientras el régimen engrosaba sus chequeras y amasaba propiedades y privilegios, todo esto bajo la inoperancia de un Estado que como ahora es servil al régimen y a los intereses del Tío Sam, quien por esa época imponía con rudeza su mano firme de imperio, para evitar que en su patio trasero -Latinoamérica-, siguieran el ejemplo de Cuba; todo esto se convirtió en un caldo de cultivo que animó el levantamiento armado en nuestro país, en este contexto ocurrió la icónica Marcha del 4 de julio, hecho fundacional del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En la actualidad, ante la incapacidad del régimen para aniquilar militarmente el movimiento armado, el cual es una ‘piedra en el camino’ que le impide apoderarse de territorios estratégicos para las multinacionales como es el caso del Pacífico y la Orinoquía, entre otros territorios de la Colombia profunda, recurre a la perfidia de los “Procesos de Paz”, que solo buscan vía de la Desmovilización, Desarme, Reinserción (DDR), lograr la dejación de las armas, y como elemento adicional emplea sus medios de comunicación para adoctrinar a la población y al estilo de Joseph Goebbels, difundir mentira tras mentira, para que la población embebida de la mediatez de las redes sociales, repitan en coro que la guerrilla “es mala y debe entregar las armas para que llegue la paz”, ¿es posible hablar de paz cuando persiste el hambre y la desigualdad?

El ELN no es una célula externa al tejido social, por el contrario es una célula que se formó al interior de las comunidades de la Colombia profunda, que es una consecuencia y no una causa, ya que surgió por las pésimas condiciones de la población y la inoperancia del Estado para intervenir esta situación en favor de las mayorías excluidas; en otras palabra se podría decir que somos pueblo, y por ello construimos hombro a hombro con las comunidades las bases de una Colombia distinta, un país donde quepamos todos, un verdadero Estado con justicia y equidad social.

La esencia marxista pero ante todo camilista que recorre el ADN eleno, ha hecho que este deje aún lado la errónea idea de los 60 de ser vanguardia armada, para como lo planteó uno de sus más históricos comandantes el Cura Pérez, ‘ser con otros’, que no es otra cosa que representar en todo momento y acción los intereses populares, sin creerse más ni menos, en otras palabras, los elenos estamos insertos en la población y en nuestras luchas defendemos al oprimido y al débil y somos Estado Popular en las zonas donde la orfandad estatal campea.

Contradiciendo a los que se autodenominan elenologos, -sujetos que abandonaron el cuerpo armado hace más de 3 décadas y que basan sus análisis en esa época-, que afirman constantemente que el ELN ya no tiene razón de ser y que por ello deben deponer la armas; los hechos actuales los contradicen tajantemente, ya que las causas socioeconómicas y políticas que dieron origen a la rebelión armada persisten y se incrementan, por lo tanto, la lucha armada sigue siendo vigente.

Tras 6 décadas de nuestro surgimiento como fuerza alzada en armas, continuamos con nuestros ideales fundacionales vigentes y nuestro VI congreso nos ratifica y consolida para continuar junto al pueblo, y este máximo evento democrático lo ratifica al afirmar en su declaración política que, “Colombia no ha sido la excepción en las luchas masivas del pueblo por conquistar los cambios para la sociedad, como producto de esa esperanza el Pacto Histórico logró la Presidencia con Gustavo Petro, pero las reformas propuestas han sido bloqueadas por los grupos de poder económico y político que son hegemónicos en el régimen y el Estado. Los casi ya dos años que lleva este gobierno son la reafirmación que sólo la lucha y movilización creciente de las masas, de sus organizaciones será la que abrirá el verdadero camino para las transformaciones que las mayorías de Colombia reclaman desde hace décadas, y que son las causas por las que ha luchado el ELN”. Continuamos y continuaremos luchando por la causa popular, porque ante todo ‘somos pueblo’.

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