CORRUPCIÓN Y TOTAL IMPUNIDAD

Comandante Antonio García

Transparencia internacional emitió hace poco un informe sobre la corrupción en Colombia entre 2016-2022, luego de analizar 1.243 casos se logra una radiografía de la corrupción. Luego de revisar los casos de este periodo en cuestión precisa que más de $21 Billones de pesos fueron robados por corruptos de alto nivel.

A la par, se identificó que, por este hecho de manera directa, resultaron afectadas 14.53 millones de personas y que, en el 24.65% de los casos terminó afectando en específico al grupo poblacional de los niños, niñas, adolescentes de territorios apartados, comunidades vulnerables.

Se destaca que en el 72% de estos casos, los responsables de dicho robo continuado y de gran impacto se encuentran, servidores públicos, autoridades electas por voto popular y personas del sector privado. Los responsables de estos actos de corrupción resultaron ser del sector Defensa y seguridad, seguidos por personas vinculadas al ámbito de la educación, vivienda, salud y educación.

De otro lado, en el 31,8% en estos hechos de corrupción, la participaron grupos criminales y paramilitares como del Clan del Golfo y en un 28,79% las AUC.

Hace ya más de un año, en julio de 2023, en la revisión de 57.582 casos entre los años 2010-2023, el 93.99% no tienen una condena, el 80.7% se reportan sin capturas y el 77.15½ apenas llega a indagación. La impunidad es casi total.

En este sentido Idárraga secretaria de Transparencia, afirmó: “Estamos en la obligación de cuidar cada peso que se invierta de forma efectiva en el mejoramiento de las condiciones de vida de los más necesitados, la corrupción anda en hombros, lo hemos reiterado”. Sin duda, estos abundantes y constantes hechos de corrupción, impactan en el debilitamiento de las instituciones públicas, mayor desigualdad, aumento de la desigualdad social, salud, educación, falta de oportunidades sobre todo para los jóvenes, entre otros impactos directos.

Entre los renombrados casos de corrupción más recientes podríamos resaltar, entre muchos:

  • Paz. Se desviaron dineros destinados a la implementación del acuerdo firmado entre las FARC y el Estado de Colombia.
  • Salud. El gran entramado corrupto de las EPS, una historia de abusos, mentiras con un resultado lamentable, millones de muertes por falta de atención oportuna. Todo un monopolio tipo cartel.
  • La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGR). El gran agujero descubierto y aún no con la total claridad de su real dimensión.
  • Tolemaida y otros. El tráfico de armas, cuya investigación devela que altos militares estaban muy bien articulados entre sí y lideraban una impresionante cadena de Tráfico de armas.

Esta nefasta realidad es aderezada por las Empresas de Comunicación afines al Poder económico y político, evitando análisis de fondo e impedir la identificación de los reales responsables permitiéndoles evadir responsabilidades y mantener imagen.

Queda claro que élites políticas, clanes regionales, un amplio sector de rango en la fuerza pública, empresarios nacionales e internacionales son los responsables y beneficiados de este robo de gran impacto en la población vulnerable.

En el caso de las empresas internacionales es importante señalar el reciente fallo de responsabilidad emitido por un jurado de West Palm Beach, Florida (EEUU) contra la multinacional Chiquita Brands International, por patrocinar grupos paramilitares y con ello hacerse parte de un amplio número de masacres, asesinatos y graves violaciones a los derechos humanos, despojo de tierras, desplazamientos, etc., hechos ocurridos entre 1990 y 2000.

Vale decir que, el reconocimiento expresado en este proceso, por los directivos de la empresa señalan ahora al entonces gobernador de Antioquia, en tanto se puede concluir qué él estaba enterado de éste entramado. Todos estos actores unidos para desarrollar una política de exterminio contra el pueblo organizado para imponer un modelo económico basado en la acumulación por desposesión.

Todos estos hechos tienen asuntos comunes: son perpetrados por élites políticas, económicas, militares; buscan lucro y ganancias personales, híper-acumulan riqueza, recursos, tierras, poder; hicieron del Estado su fortín como garantía de sus mezquinos fines. Estos objetivos mercantiles se fueron logrando sobre los hombros y el dolor de millones de seres humanos, sometiendo generación tras generación a la carencia, el hambre, la enfermedad, la exclusión.

Es necesario develar la Verdad toda, para trazar rutas y luchas conjuntas por la no repetición. Mientras tanto nos queda seguir luchando por estas profundas y urgentes transformaciones.

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