Sergio Torres
El 20 de junio terminaron a la carrera el período de legislatura en el Congreso de la República, debatieron las reformas aceleradamente y al final, resultaron varias reformas abortadas, entre ellas la ley estatutaria de educación.
En los debates sobre reformas sociales como la Salud, la Educación y las Pensiones -esta última que, aunque fue aprobada ya cursan demandas para tratar de tumbarla-, se evidencian los reales intereses y manejos que el Estado le ha dado a estos derechos, resaltando el lucro privado por encima de cualquier obligación o deber social.
Esto fue lo que terminó siendo evidente en la Ley Estatutaria de Educación y que de no ser por el magisterio que paró, hubiera seguido su curso hacia un nuevo golpe a la educación pública; al final, la no conciliación no permitió el trámite y en concreto se cayó la reforma, positivo fue que también se cayeron las venenosas enmiendas.
Las deudas que dejan las EPS
Pese a la manipulada información que las empresas de comunicación publicaron sobre el por qué varias EPS se retiran del sistema de salud, ha quedado claro que esta estrategia no responde a falta de presupuesto, sino a la presión y a no rendir cuentas sobre las multimillonarias deudas adquiridas.
Estas empresas acumulan más de 2,7 billones en deudas a IPS, hospitales y terceros, la maniobra del tal “retiro” hace que estas pasen a ser asumidas por el Estado. Esta receta tiene claramente unas mafias políticas detrás de los «negocios», que convierten a la salud, al igual que la educación en mercancía y no en derechos de todos los colombianos y colombianos.
Donde hay mafia y corrupción, está Cambio Radical
Enrique Vargas Lleras, hermano de Germán Vargas Lleras, Exvicepresidente y dueño del partido Cambio Radical, viene desde hace tiempo involucrado con varias empresas de este sector como fueron Salucoop, Café salud y Cruz Blanca, a esta fecha todas en quiebra e intervenidas.
De hecho, Germán Vargas Lleras tramitó en el 2020 una reforma a la salud para proteger sus intereses y los de su familia, su propuesta que era aún más depredadora que la vigente, fracasó, no solo en el 2020 sino también en el 2023 y fue uno de los detonantes de las movilizaciones de ese año. En su exposición, defendía la supervivencia de las EPS con más recursos por parte del Estado para su “normal” funcionamiento y la gestión financiera que hacen.
Pero nunca hizo alusión a que su hermano participaba de la junta directiva que extravió 5 billones de pesos de la Nueva EPS, una entidad que le pertenece al Estado en un 50 por ciento, pero donde realmente mandan las cajas de compensación Cafam, Colsubsidio, Compensar, Comfenalco y Comfandi, donde el hermano de Vargas Lleras es su representante ante la junta.
Es fundamental abogar por un sistema de salud público y universal que priorice la atención médica en lugar de los beneficios económicos, y es por eso que un llamado de atención tímido por parte del gobierno tampoco permitirá reconocer los verdaderos responsables históricos, que no son más que las familias políticas y la burguesía rancia de siempre.
Ahora bien, como acaba de verse esta semana en el Congreso, los juegos, las trampas y las leguleyadas de los representantes del viejo régimen no permiten el avance de reformas con mínimos contenidos sociales, en últimas, para cuidar los intereses de las mafias que como los Vargas Lleras, que se siguen lucrando con lo que tendrían que ser derechos fundamentales garantizados por el Estado. Ante eso la ruta que volvió a ratificarse, es la movilización social y las acciones de una mayoría organizada, que cuanta más fuerza logre tener, más profundos serán los cambios y transformaciones que logre.
Por último, ya que el Presidente acepta que se equivocó en su idea de armar coaliciones y alianzas con el viejo régimen, debería entonces enmendar su error, cumpliendo el Mandato por los Cambios que el pueblo le entregó al haberlo elegido, aún le queda tiempo para corregir en todos los sentidos.
