CLAN GNECCO, 30 AÑOS ROBANDO AL CESAR

Sergio Torres

Es sentido común decir que la corrupción está enquistada en todo el Estado y que en las regiones los clanes mafiosos operan desde la institucionalidad política. Son conocidos los nombres, partidos y modalidades con las que operan. De cuando en vez alguna condena judicial lo confirma.

Esta semana la Corte Suprema de Justicia condenó al Exgobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, a 21 años y ocho meses de cárcel por el robo al Programa de Alimentación Escolar (PAE); una investigación que llevaba varios años en trámite y que confirma la esencia y práctica del clan mafioso que conduce Cielo Gnecco y que ha secuestrado el Cesar durante 30 años.

En 2021 el Tribunal Superior de Bogotá ordenó casa por cárcel para Luis Alberto Monsalvo Gnecco, por irregularidades en la tramitación y suscripción de un contrato de alimentación escolar en 2015, por 17.140 millones de pesos, celebrado entre el departamento de Cesar y el Consorcio Alimentación Escolar A Salvo, que tuvo un plazo de ejecución de 59 días. Entre las trampas investigadas en dicho contrato estaban: falta de estudios previos, omisiones de los requisitos de ley en distintas etapas del proceso de contratación, evaluación y liquidación. Por ello Monsalvo fue imputado por participación en los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación en favor de terceros.

El pasado jueves 21 de marzo se leyó la sentencia en la que además de los 21 años de cárcel, Monsalvo Gnecco queda inhabilitado para ejercer cargos públicos y se le impone una multa de más de 1.500 millones de pesos más la consignación 92 millones de pesos al Ministerio de Justicia. En dicha lectura los magistrados argumentaron el fallo por:

“Inadecuada elaboración de los estudios previos, además de la exigencia de requisitos que solamente podía cumplir el consorcio favorecido, el aumento artificioso del costo unitario de la ración con inclusión de valores no justificados y en ocasiones inflados, el escaso rigor con el que se elaboró el presupuesto”.

Con esto queda claro que siendo gobernador movió todo lo necesario para consumar el robo al Plan de Alimentación Integrada, es decir, robarse la comida de los niños y niñas del Cesar.

Desarticular mafias para combatir la corrupción

Este clan tiene secuestrado el poder político en el Cesar prácticamente desde que empezaron a elegirse mandatarios regionales con voto popular. Esto quiere decir que desde hace 30 años la familia Gnecco hace parte de las mafias narcoparamilitares que, desde la institucionalidad comprada, mantienen sometido este departamento.

En la cabeza del clan está Cielo Gnecco, hermana de Lucas Gnecco, corrupto y condenado exgobernador del Cesar, y Jorge Gnecco, paramilitar asesinado en ajustes de cuentas entre narcos. La relación de este clan con la corrupción y la criminalidad es evidente en todas sus líneas.

Prácticamente desde la primera gobernación de Lucas Gnecco en 1992 (condenado a 24 años de cárcel por hechos de corrupción y por constreñimiento al elector) han secuestrado, corrompido y manipulado la política regional, sus vínculos con el paramilitarismo y el narcotráfico también han sido evidentes y comprobados, tal es el caso de Mauricio Pimiento, quien fue el sucesor en la gobernación en 1996 o el propio Jorge Gnecco, de quien el paramilitar Mancuso señaló de haber impulsado la llegada de las AUC al departamento.

Así las cosas, estas mafias han actuado y actúan bajo el amparo del viejo régimen, son evidentes y conocidos sus actos de criminalidad; enfrentar estos clanes supone la necesidad de una confrontación que no puede darse desde entidades igualmente corruptas o manejadas por las mismas mafias. Por ello es imprescindible el poder de la gente organizada y movilizada, combatir estos clanes pasa por no tejer relaciones con falsas ideas de gobernabilidad, sino por emprender una campaña frontal contra ellos, lograr que la justicia actúe ya será una ganancia, pero la vía que queda es la justicia popular.

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