ASESINAR LIDERESAS Y DEFENSORAS, UNA PRÁCTICA QUE CONTINÚA

Himelda Ascanio

El genocidio contra lideres y lideresas sociales y políticas continúa; mientras exista la macabra relación entre asesinato e impunidad, esta situación no se detendrá. El Gobierno de Petro aún no da muestras de ser capaz de frenar estas prácticas en Colombia.

El asesinato de las mujeres lideresas sociales y defensoras de derechos por ejercer su papel, continua en aumento año tras año; según datos del Observatorio para la Defensa de la Vida, del 2022 a marzo de 2024 en Colombia han asesinado a 42 lideresas. El listado de mujeres víctimas, año tras año se va llenando con más lideresas y defensoras de derechos en los territorios; 22 casos en 2019, 34 en 2020, 28 en 2021, 14 en 2022, 27 en 2023 y ya hay uno en 2024.

En cuanto al liderazgo que estás mujeres ejercían en comunidades y territorios, el 38 por ciento hacían parte de Juntas de Acción Comunal, la mayoría de ellas pertenecientes a organizaciones campesinas e indígenas; asociado a esta terrible situación está la impunidad que tiene un margen de más del 86 por ciento de los casos, donde a estos crímenes no se les establece una responsabilidad concreta y posteriormente son archivados.

Detrás de la persecución a las mujeres que lideran procesos sociales y políticos, hay una doble situación que lo hace aún más preocupante; las mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujer y por el hecho de acallar las voces que a pesar de los contextos de violencia machista y basada en género se organizan y luchan, es decir, con cada uno de estos asesinatos se cortan procesos de mucho esfuerzo y valor; además, se envían mensajes de terror tendientes a coartar e impedir que surjan sus propios procesos y hayan más mujeres empoderadas liderando.

Esta situación se hace mucho más grave pues es otra muestra de una práctica que continúa ejerciéndose desde la barbarie de quienes utilizan el terror como mecanismo para perpetuar la guerra y limitar las posibilidades de una solución política al conflicto. Es la negación a ultranza y en su forma más criminal de acallar voces que se niegan a ser silenciadas a pesar de los contextos de violencia patriarcal en lo que se desarrollan.

Con todo y a pesar que en Colombia el genocidio contra el movimiento social y político siga su curso; seguirán existiendo cada día más mujeres que encaren la adversidad de sus entornos machistas y tomen la voz de sus pueblos y comunidades. La intención de cortar, frenar y acallar este tipo de procesos, proyectos y planes de vida, no pasará. Así desde el gobierno nacional no existan garantías, ni acciones que tiendan al cambio, ni con ministerios de la igualdad que aún brillan por su poca operatividad.

Asesinados de esta semana

José Luis Angulo, era líder social y miembro activo de la Mesa Municipal de Víctimas en Timbiquí; fue asesinado el 11 de marzo de 2024 en Timbiquí, Cauca.

Cristian Alberto Castrillón, era el presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda Santa Cruz, además era vicepresidente del acueducto multiveredal La Quiebra; fue asesinado el 11 de marzo de 2024 en Caldas, Antioquia.

Guillermo Otero, era docente, actualmente laboraba en el Instituto Etnoeducativo Departamental Euclides Lizarazo ubicado en El Retén, Magdalena; fue asesinado el 11 de marzo de 2024 en Fundación, Magdalena.

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