EXTERMINIO POPULAR: UNA ESTRATEGIA DEL RÉGIMEN
Damaris Izaguirre
La Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Tío Sam e implantada por el régimen, enfatiza en declarar el liderazgo popular como ‘enemigo interno’ y como amenaza manifiesta que atenta contra la estabilidad del statu quo, por lo que debe ser exterminada con la mayor crudeza posible.
Muchos medios de comunicación hablan del exterminio de los líderes sociales, como acciones perpetradas por grupos armados de carácter paramilitar, y ocultan descaradamente la abierta colusión entre paramilitares y Fuerzas Armadas (FFAA), para la ejecución del Genocidio en curso; por esta razón los medios falazmente muestran estas acciones de Terror de Estado, como hechos aislados y ajenos a la política de Estado, sin embargo, los hitos históricos controvierten estos paradigmas y dejan sobremanifiesto que, este Genocidio es instrumental a la Doctrina de Seguridad y directamente ordenada por el Tío Sam e implementada por el Estado colombiano desde hace más de medio siglo; solo por citar algunos casos, encontramos el exterminio de grupos políticos como A Luchar y la Unión Patriótica; además de los Falsos Positivos contra decenas de jóvenes asesinados por fuerzas estatales y paraestatales en el Estallido Social de 2021, entre otros.
Una de las promesas de campaña electoral del actual gobierno, fue su promesa de deconstruir la Doctrina de Seguridad y erigir un nuevo paradigma, alejado por completo del Terror de Estado, como método para soslayar las exigencias de cambio del movimiento social y sostener el statu quo; promesa que se quedó en humo, dado que el exterminio del liderazgo social se ha recrudecido, a tal punto que la CIDH acaba de ‘llamar a cuentas’ al gobierno, por los elevados índices de violencia contra personas Defensoras de Derechos Humanos.
El exterminio del liderazgo social al ser instrumental al régimen, solo puede ser detenido si este o cualquier gobierno toma la firme determinación de hacer ruptura categórica con este régimen necrófilo; sin embargo, los hechos muestran que esta administración ‘habla duro’, pero no está dispuesta a romper con el viejo régimen, y construir una gobernatura del pueblo y para el pueblo; por lo tanto, solo queda una opción, la lucha organizada y frontal de los excluidos, de los grandes grupos sociales de ascendencia popular, para construir un cambio con equidad social, porque ‘solo el pueblo salva el pueblo’.