SI DISMINUYE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA, ¿POR QUÉ CRECE LA POBREZA?

Claudia Julieta Parra

Recientemente el Banco Mundial (BM) anunció que: “la inflación elevada, las políticas monetarias más restrictivas, la reducción del apoyo fiscal, los fenómenos meteorológicos extremos, entre otros, desaceleran el crecimiento económico y este decrementa la producción alimentaria e incrementa el déficit alimentario”.

Crisis alimentaria que tiene diferente impacto, de acuerdo a los ingresos de los países; mientras que en los de ingreso mediano alto muestran mejoras prometedoras, los de ingreso mediano bajo solamente experimentan avances a corto plazo, y los países de ingreso bajo se enfrentan a un nuevo aumento de las poblaciones que padecen inseguridad alimentaria, y en estos solo experimentarán una ligera mejora en las tasas de inseguridad alimentaria grave, para 2029.

En Colombia más de 17 millones de personas no cuentan con acceso a los alimentos básicos; y lo que es peor, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), están sumidos en pobreza monetaria 19.634.410 de personas (33,6 por ciento), mientras en centros poblados y rurales dispersos la cifra sube al 45,9 por ciento.

El año anterior más del 30 por ciento de las familias colombianas se vieron obligadas a gastar sus módicos ahorros para cubrir los alimentos básicos, otros cubrieron estos gastos con créditos de consumo, la mayoría recurrieron a la reduflación (menor calidad y volumen de un producto por el mismo precio) para no caer en la marginalidad; según el DANE, el 43,4 de los hogares declararon haber tenido dificultades para acceder a los alimentos en los últimos seis meses del, 2023.

El déficit alimentario obedece a la marcada pérdida de poder adquisitivo per cápita que vienen experimentando las familias, en 2023 este índice osciló en 34,9 por ciento; es decir, por cada 10.000 pesos de ingresos recibidos su capacidad de compra decreció en 3.490 pesos.    Acabar la inseguridad alimentaria implica cambios trascendentales en el modelo económico y productivo del país, que deben empezar por renegociar los TLC e invertir de manera integral en la producción nacional, para poder solventar el consumo interno y disminuir importaciones; además se requiere de la formalización del empleo y crear nuevas plazas laborales, que permitan incrementar el poder adquisitivo per cápita.

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